San Mateo

Quejas en las calderetas y la exaltación de chuletillas de San Mateo

Son dos de los actos más multitudinarios de las fiestas de San Mateo en Logroño. Llevan gente a la calle, impregnan de buen ambiente y buen olor la ciudad, animan a logroñeses y visitantes a compartir mesa y mantel, exaltan la gastronomía riojana… pero su organización está dando que hablar estos días en cualquier charla de bar. Y no por su mal funcionamiento sino por la falta de impulso desde el Ayuntamiento para convertirlos en algo aún más grande.

Los problemas han llegado a la hora de realizar las inscripciones para estos actos: esperas superiores a la hora y media, pocas plazas, ‘reservas’ a amiguetes… el Ayuntamiento de Logroño ha sacado del 010 este trámite, un servicio al que le achacan otras funciones administrativas y no el canalizar los registros festivos. Internet parece ser una opción que no se contempla. Por ello, el Mesón Gutiérrez de Gonzalo de Berceo y el emblemático Café Moderno han sido los lugares de peregrinaje.

El primero de ellos para el XI Concurso de Calderetas (20 de septiembre, 120 mesas disponibles). Tras largas esperas, algunas personas pudieron inscribirse en esta actividad de las fiestas cada vez más demandada. Otras, sin embargo, se han quedado sin sitio. “Desde las nueve que abrimos a la una se han adquirido todas las mesas”, explicaba un trabajador en las redes sociales, aludiendo la demora en las inscripciones a que se entra de uno en uno en el local porque es un bar: “Hay gente almorzando y no queremos molestarles”.

“Nosotros con las inscripciones no ganamos nada, ya que ponemos el local, un trabajador y el tiempo para apuntar a cambio de nada. El que lo desee puede tomar un café o algo, pero al menos así no se interfiere en lo demás como nos ha pasado otras veces”, ha añadido, explicando que la gente puede pedir todas las mesas que quiera, al igual que ocurre cuando vas a un concierto, el cine o el fútbol.

Jóvenes sin mesa

Un joven logroñés ha remitido a NueveCuatroUno una carta que también ha enviado al Consistorio, donde critica que acudió al citado local para inscribir a su cuadrilla de amigos (alrededor de veinte) cuando le permitieron sus obligaciones laborales. Ya no quedaba sitio.

“Les solicitamos que amplíen las plazas de inscripción para el concurso de calderetas, ya que nuestro único objetivo es reunirnos una vez al año y pasar un buen rato disfrutando de los nuestros en las fiestas de nuestra ciudad. No creemos que ampliar las plazas, tengan un coste extraordinario para el Ayuntamiento, ya que lo único que dejan es una mesa, unas sillas y un espacio en una calle de la ciudad”, apunta.

En la citada misiva relata que lleva varios años ‘concursando’ en esta iniciativa, “ya que siempre nos ha gustado participar en este tipo de actividades para fomentar el ambiente de ocio de la ciudad y disfrutar de estos buenos momentos entre nosotros y con otros vecinos”, criticando que si no hay más plazas es porque se fomenta “la vagancia, la dejadez y el absentismo laboral entre los jóvenes de Logroño”.

Exaltación de las chuletillas

Menos problemas suele haber en la exaltación de chuletillas que se celebra en Avenida de Colón (22 de septiembre cien mesas disponibles), ya que su precio es más elevado: ochenta euros (dos kilos de chuletas, dos botellas de vino, pan, sarmientos, parrilla, mesa y sillas) frente a los seis de las calderetas (dos kilos de patatas, una mesa y sillas).

Sin embargo, otra lectora nos remite una queja porque ha sido una de las primeras en llegar a inscribirse (sólo tenía a un puñado de personas delante cuando han abierto el local) y le ha tocado la mesa número 41. Tras consultar con el camarero del Café Moderno y hacer las comprobaciones oportunas, ambos han constatado que así se los habían entregado al local, evidenciando que alguna mesa se había quedado para compromisos de los organizadores (Ayuntamiento de Logroño y Federación de Peñas).

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