Marisa Sánchez, gran dama de la cocina riojana y alma del restaurante Echaurren, fallecía esta madrugada en el Hospital San Pedro a los 85 años.
Nacida en 1933 en Ezcaray, Marisa llevó a la cima de los restaurantes españoles la que era una honrada casa de comidas desde tres generaciones atrás, logrando el Premio Nacional al Mejor Restaurante de Hostal y, ella misma, el Premio Nacional de Gastronomía.
En 2010, ya retirada, recibió la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo y un año después la Medalla de Oro de La Rioja. Sus legendarias croquetas nunca han necesitado de premios para ser reconocidas como las mejores del país.
La noticia del deceso la hacía pública su hijo Francis Paniego en su cuenta de Instagram.
El propio Echaurren ha ofrecido una breve semblanza de Marisa, “cuarta generación de una familia que en 1898 convirtió una pequeña fonda para diligencias en un hotel y restaurante, germen de lo que hoy es el Echaurren Hotel Gastronómico. Marisa Sánchez dio sus primeros pasos en el oficio a los 15 años, cuando tuvo que servir una boda en ausencia de sus padres…”.
Marisa se hizo cargo de un mesón que servía el vino en jarras y hoy deja como legado, a través de su hijo, las preparaciones más vanguardistas, pero ancladas en esos sabores tradicionales riojanos de los que ella hizo bandera: el potaje de garbanzos, las pochas, las patatas con chorizo, los callos, las albóndigas…
Su funeral tendrá lugar en la tarde del lunes 20 de agosto en la parroquia de Santa María La Mayor de Ezcaray.
