La Rioja

Ezcaray, donde el rock y el indie maridan con la gastronomía gourmet

Ezcaray Fest 2017 | Foto: Ezcaray Fest

Si las mantas y los esquíes predominan en el paisanaje de Ezcaray en invierno, la llegada del calor siembra de pulseras fosforito la villa. Por segundo año consecutivo, la localidad se suma al selecto mapa festivalero del panorama nacional. Marida eso con la gastronomía de un municipio donde la croqueta es religión y ya tienes un plan perfecto para este fin de semana.

Respecto a la edición del pasado año, que congregó a más de 6.500 personas, se repite la exitosa propuesta del ‘Vermú Rockero’ en los escenarios Gómez Cruzado, que se instalarán en la Plaza de la Verdura y la Plaza del Quiosco. Además del principal enclave, el escenario El Naturalista de la Real Fábrica de Ezcaray, el festival se plantea como exigencia que la música recorra todos los rincones de la villa.

Los reclamos del II Ezcaray Fest son este año La M.O.D.A., Ángel Stanich, Southern Avenue y The Soul Jacket para la jornada del viernes y Rosendo, Juanito Makandé, Mi Capitán y Rufus T.Firefly en la del sábado. Como complemento, Nat Simons, Agoraphobia, Vuelo 505 y Mäbu en el ‘Vermú Rockero’ del escenario Gómez Cruzado y los DJs Edu Anmu y Asier Gilgo en ‘El Bosque Suena‘.

FOTO: Ezcaray Fest

Para que la espera entre actuación y actuación se haga más amena, en Ezcaray es obligatorio peregrinar de restaurante en restaurante y dejarse sorprender por una de las localidades más ‘gourmet’ de La Rioja. De entre el abanico de establecimientos y gastrobares que combinan la tradición y la vanguardia, destaca el Echaurren, uno de esos templos gastronómicos que hay que visitar al menos una vez en la vida.

Pero no sólo de estrellas Michelín vive el estómago. La villa más turística de La Rioja tiene una completa oferta de restaurantes y lugares donde la boca se te hará agua. Sentado, de pie, tradicional, moderno, clásico, carne, verdura… como el asador ‘El Robledal’, el mesón ‘Allende’, ‘La Estación’ o ‘Casa Masip’, situado este último en los bajos del hotel que también lleva su nombre.

Y es que el retorno del festival no pillará por sorpresa a los servicios de la villa, acostumbrada incluso a triplicar la demanda en hostelería y restauración durante la temporada alta de esquí. El alojamiento tampoco representa un problema ante la llegada de festivaleros, ya que la localidad cuenta con cerca de un millar de camas repartidas en una horquilla que incluye desde hoteles de cuatro estrellas a apartamentos turísticos.

FOTO: Hotel Echaurren

¿Quieres albergue? Pues tienes ‘La Real Fábrica’ y ‘La Cuculla’. ¿Apartamentos? La oferta sigue creciendo: ‘La Buhardilla’, ‘La Demanda’, ‘Lladito’, ‘Rincones del Vino’… y más. Un no parar de descubrir sin que los hoteles se queden atrás. ‘Echaurren’, ‘Iguareña’, ‘Masip’, ‘La Antigua Ferrería’ o el ‘Palacio Azcárate’ son algunos de los nombres que dan a Ezcaray el descanso que el cuerpo necesita. Y a papo de rey, ya que la mayoría cuentan con sus propios restaurantes.

La otra opción, algo más ‘aventurera’, aunque en mayor contacto con la naturaleza y el entorno, es la de dormir en una casa de una localidad aún más pequeña y recóndita que Ezcaray: Leiva, Santurde, Zarratón, Ojacastro, Zaldierna, Valgañón… salir por la puerta y poner un pie en la hierba con el rocío de la mañana es posible.

Ezcaray Fest, en cifras

En su primera edición, el Ezcaray Fest congregó a 6.700 personas, procedentes de siete comunidades distintas (La Rioja, País Vasco, Madrid, Cataluña, Navarra, Castilla y León y Andalucía) y dio acogida a unos doscientos campistas.

Según la organización de la cita, el retorno económico para la villa y la comunidad fue superior al millón de euros, en concepto de impuestos, consumos, contrataciones, alojamientos y hostelería.

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