El Rioja

El territorio de luz y color que habrían conocido Alfonso XIII y Hemingway

Cuenta una leyenda no muy extendida que para ir a cualquier lugar de Logroño andando se debe cruzar el Paseo del Espolón. Algo así como el dicho de que todos los caminos llevan a Roma, pero a la riojana. Una vez allí, rodeado de oficinas bancarias, árboles, terrazas, jubilados al sol y adolescentes de charleta, uno decide hacia dónde quiere dirigir su rumbo: Ayuntamiento, Vara de Rey, Bretón de los Herreros, Gran Vía, Avenida de Portugal, Plaza del Mercado…

En nuestro caso, decidiremos tomar la calle Sagasta. Es nuestro sino. La Plaza de Abastos nos aguarda escondida nada más comenzar la cuesta abajo. No hay frenos. La Granja, Portales, “lo que era el Malibú, el Culebrón, la Bamba…”, el casino y el Puente de Hierro. Toca cruzar el río Ebro, tan majestuoso como siempre. La Casa de las Ciencias, antiguo matadero, y el puente de piedra nos regalan una vista fotografiada hasta el infinito y más allá, como el punto al que nosotros nos dirigimos.

Al final de la calle Sagasta, allí donde termina la barandilla del Puente de Hierro, se levanta imponente un edificio en el que su cartel nos dice ‘Bodegas Franco Españolas’, pero que han rebautizado momentáneamente como ‘Territorio Bordón’. El cuartel general de la familia Eguizábal y una compañía con más de 125 años de historia que han decidido apostar por un vino y un espacio “descaradamente clásicos”.

Nos lo cuenta el director comercial Pedro Díez, quien nos explica que ese lema responde al “equilibrio”, la “redondez” y la “amabilidad” de los vinos de Bodegas Franco Españolas. En concreto, de su gama Bordón, esa que también da nombre a un territorio que ofrece un rosado (2017), un crianza (2014) y un reserva (2012) junto a un espectáculo de música, luz y color para contarnos la historia de un lugar por el que pasan más de 40.000 personas al año.

Al tiempo que se escribe un capítulo más de un sueño que propulsó Marcos Eguizábal hace varias décadas, se recuerdan todos los pasos dados por la bodega. Su historia ha tenido de todo: vino, cultura, fútbol (CD Logroñés), cine (la película ‘Oro Fino’), compras, ventas, expansiones, cambios de nombre (el ‘Borgoña’ tornó en ‘Bordón’) y un largo etcétera a gusto casi del consumidor.

‘Territorio Bordón’ aúna todos esos conceptos y los une en una sesión con la que poner tus sentidos a disposición de varios genios. El rosado llega con música de violín…

… y el crianza, ese vino más “descaradamente clásico”, con un espectáculo de danza y color.

El reserva (2012), “el vino que mejor resume la historia de la bodega”, en palabras de Pedro Díez, aporta más luz y más color con la historia de Bodegas Franco Españolas como hilo conductor: España, Francia, el río Ebro, la filoxera, las visitas del rey Alfonso XIII y Hemingway. Un espectáculo digno de cualquier concurso de talentos televisivos en los que un jurado donde suele estar Risto Mejide decide quién vale y quién no. ‘Territorio Bordón’ sí lo vale.

Y para comprobarlo, este jueves es su última sesión después de estar en La Coruña, Santiago de Compostela, Málaga, Madrid, Gijón, San Sebastián y Bilbao.

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