La Rioja

Así resolvió Francis Paniego su menú ‘imposible’ a causa de las alergias de un comensal

Este fin de semana, Francis Paniego abría -quizás sin saberlo- un debate sobre los límites en la relación entre la exigencia y lo servicial en la cocina. Compartió a través de las redes sociales que para la noche del sábado tenía uno de los retos más complicados que se le han presentado en su vasta y exitosa carrera: un ‘menú imposible’.

Pero si algo justifica el prestigio del chef riojano es su capacidad para sobreponerse a la adversidad y culminar con éxito cualquier examen que se le presente. Y lo ha vuelto a hacer. Este domingo volvía a echar mano de las redes sociales para relatar cómo resolvió el ‘acertijo’ que las alergias de uno de sus comensales le planteó a la hora de elaborar un menú.

“Se trataba de un grupo de 4 parejas jóvenes que se reunían este fin de semana en nuestra casa. Se les veía contentos por
compartir un fin de semana entre amigos y deseosos de disfrutar de Ezcaray, de nuestro hotel y de nuestra cocina”, introduce el cocinero, con tres estrellas Michelin en la puerta de dos restaurantes.

“Una de las chicas era la que presentaba semejante cuadro de alergias. Nada más entrar he estado con ella, para contarle y repasar lo que habíamos pensado darle, juntos hemos repasado el menú, los ingredientes y no me ha puesto ninguna objeción. Se ha disculpado mil veces, porque es consciente del trastorno que esto genera en la cocina, me ha agradecido reiteradas veces el esfuerzo”, explica, definiendo a la chica “como decimos en La Rioja, ‘majísima'”.

¿Como acabó anoche el asunto de la alergia? De entrada, describiros que se trataba de un grupo de 4 parejas jóvenes que se reunían este fin de semana en nuestra casa. Se les veía contentos por compartir un fin de semana entre amigos y deseosos de disfrutar de Ezcaray, de nuestro hotel y de nuestra cocina. Una de las chicas era la que presentaba semejante cuadro de alergias. Nada más entrar he estado con ella, para contarle y repasar lo que habíamos pensado darle, juntos hemos repasado el menú, los ingredientes y no me ha puesto ninguna objeción. Se ha disculpado mil veces, porque es consciente del trastorno que esto genera en la cocina, me ha agradecido reiteradas veces el esfuerzo, como decimos en La Rioja, “majísima”. No voy a incidir más en todo lo que ayer ya se dijo, como pude explicar, sólo quise compartir una anécdota, una situación que presentaba un cuadro de alergias muy poco habitual, que nunca me había ocurrido. Hoy, superada ya esta situación, toca decir varias cosas. Las personas que sufren alergias son las primeras que padecen y sufren esta situación. Ojalá esta polémica haya servido para sensibilizar sobre esta cuestión a aquellas personas que se acogen o dicen tener alergias que no padecen. Esto lo vemos demasiado a menudo en nuestras casas y sin duda está perjudicando a aquellas personas que verdaderamente las padecen. Nosotros los cocineros y hosteleros vivimos de hacer disfrutar a nuestros clientes y no podemos crear barreras y condenar a estas personas, a no poder salir de casa y disfrutar con sus amigos. Compañeros del gremio, si un cliente nos otorga semejante confianza, debemos mostrarnos infinitamente agradecidos y obrar con mucho cuidado y meticulosidad. Los comportamientos irresponsables perjudican a todo nuestro gremio y nos ha costado mucho esfuerzo lograr la consideración que nuestro oficio tiene hoy. Animo a todos y buen servicio de Domingo.

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La moraleja

No termina ahí el mensaje de Francis Paniego, que ha querido aprovechar esta “situación que presentaba un cuadro de
alergias muy poco habitual, que nunca me había ocurrido” para “decir varias cosas”:

“Las personas que sufren alergias son las primeras que padecen y sufren esta situación. Ojalá esta polémica haya servido para sensibilizar sobre esta cuestión a aquellas personas que se acogen o dicen tener alergias que no padecen. Esto lo vemos demasiado a menudo en nuestras casas y sin duda está perjudicando a aquellas personas que verdaderamente las padecen”, señala el ezcarayense.

Paniego prosigue con su discurso: “Nosotros, los cocineros y hosteleros, vivimos de hacer disfrutar a nuestros clientes y no podemos crear barreras y condenar a estas personas, a no poder salir de casa y disfrutar con sus amigos”. Además, dedica unas palabras a sus compañeros de profesión: “Si un cliente nos otorga semejante confianza, debemos mostrarnos infinitamente agradecidos y obrar con mucho cuidado y meticulosidad.  Los comportamientos irresponsables perjudican a todo nuestro gremio y nos ha costado mucho esfuerzo lograr la consideración que nuestro oficio tiene hoy”.

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