La Rioja

La Policía de Calahorra interviene para disolver un tumulto entre vecinos y ascensoristas

Doctores tiene la Iglesia, asegura el refrán. Nadie mejor que un profesional conoce los entresijos de su trabajo… o no. A veces surgen debates entre los actores de un oficio y los observadores que fiscalizan impíos cómo se desarrollan las obras y urge la presencia de un árbitro para amonestar a quien infringe el reglamento.

Eso sucedió la pasada semana en Calahorra, donde la Policía Local tuvo que intervenir para evitar que una discusión entre los vecinos de un edificio y los ascensoristas que se disponían a ejecutar una obra en él llegara a las manos. Según recoge el atestado de los agentes, las “diferencias sobre la realización de los trabajos” fue el origen de un debate que requirió de la presencia de la autoridad para zanjar el enfrentamiento.

Esos locos bajitos

Ha sido esta una semana complicada para los policías calagurritanos, que han resuelto mil y una incidencias. Por fortuna, ninguna puede elevarse a la categoría de tragedia. Al contrario, el parte de actuaciones de los últimos siete días se asemeja a una antología del gamberrismo.

Las fórmulas para divertirse son personales e intransferibles, aunque en ocasiones crucen la delgada línea que separa lo lícito de lo ilegal. En este último extremo se encuentra el chico de 13 años al que los policías identificaron porque “estaba tirando petardos en el estanque de los patos del Paseo Mercadal”. O el niño de 9 que escupía desde un segundo piso a los peatones de la Avenida de Valvanera.

Lo mismo sucede con dos chicos, de 10 y 12 años de edad, que no pudieron esperar al estreno en televisión de su película favorita y se colaron en el cine sin entrada. Ambos resultaron identificados y, lo peor, se quedaron sin ver el final de la película.

Infeliz cumpleaños

Menos infantiles eran los protagonistas de otra de las incidendias de la semana en Calahorra. Los agentes sorprendieron a dos chavales de 17 y 18 años “destrozando una hilera de flores en la zona ajardinada de la Glorieta de Quintiliano”. El informe policial reseña que “al parecer era el cumpleaños de uno de los implicados y lo estaban celebrando”.

El parte de actuaciones de la Policía Local se hace eco, finalmente, de las triquiñuelas de una mujer de 40 años para llenar su billetero de forma ilícita. “Abordó a otra mujer en la calle Paletillas y consiguió que le diera 20 euros con el supuesto fin de ir en autobús a Zaragoza, ya que le habían robado la cartera”, detalla el atestado, que explica que “en realidad se trataba de un engaño para obtener dinero”, tal y como admitió la propia acusada.

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