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Gol en Las Gaunas: ‘Cartón amarelo’

Estadio Vero Boquete, otrora San Lázaro. | FOTO: SD Compostela.

San Lázaro es siempre una mirada fría al pasado, pero también al futuro. El estadio del Compostela ha perdido hasta su nombre en favor de Vero Boquete. El San Lázaro fue un escenario principal en el fútbol caníbal de los 90. Fernando Vázquez, Ohen, Christensen, Fabiano, Lekumberri, José Ramón o Bellido… El ‘Compos’ de la edad de oro de los modestos: Logroñés, Mérida, Extremadura, Villarreal, Salamanca…

El puñetazo de Jesús Gil sobre Fidalgo ante la reacción de Caneda. El fútbol de los 90 era el salvaje oeste. Y poco pasó sabiendo quién estaba al mando: los Mendoza, Núñez, Ruiz Mateos, Lopera, Gil y Gil o Caneda. Aquella gente sabía montar el circo, y sobre todo mantenerlo. Debían estar las cárceles llenas y se quedaron sin sitio.

San Lázaro es en la edad moderna de nuestro fútbol riojano un espacio para reflexionar acerca de lo que fue y ya no es. Por si no tuviéramos poco con nuestros propios errores, el San Lázaro como verbo de las frases con facturas sin pagar. En el oeste la Unión Deportiva Logroñés, por lo lejos que le ha quedado siempre, ha tenido la extraña sensación de ponerse ante el espejo de la necesidad: la necesidad de superar a esos equipos en su viaje hacia el fútbol profesional. Los gallegos marcaban el corte. De camino al oeste hizo méritos para ascender.

Durante años estuvo la UD Logroñés tratando de hacerse un hueco en el escenario principal de la vieja Segunda B. Pagando toda clase de novatadas, errores e imprecisiones. Pero desde la observación iba acumulando experiencias y haciendo méritos para ir superando año a año a equipos con más historia y presupuesto que no estaban haciendo las cosas del todo bien. Hubo un tiempo, por ejemplo, que ganar al Compostela parecía un imposible. Y se consiguió, por incapacidad de los de Santiago, pero a buen seguro también por la mejora de los blanquirrojos. Aquellas fantásticas ‘Guitarras Eléctricas’ con Pere Milla en el punteo.

Por eso Galicia ha sido siempre un lugar para la mejora constante del proyecto blanquirrojo. Un espacio para certificar la evolución. ‘Galicia Calidade’. No se trataba de ganar al Somozas, eso se daba por hecho, aunque siempre fue complicado. Se trataba de superar al Celta B de Borja Iglesias, al Racing de Ferrol del eterno Joselu al que siempre quiso la afición pero que resultaba inalcanzable para el presupuesto riojano. De Pablo Rey, el ’10’ de los ferrolanos que acabaron bajando a Tercera. Ganar en Galicia marcaba las opciones reales de los diversos equipos blanquirrojos para comprobar lo competitivos que eran realmente para así calibrar las opciones reales de por fin jugar unos playoff de ascenso, que tanto tiempo costó.

La Unión Deportiva Logroñés se ha llevado buenos revolcones en Galicia. Era su salvaje oeste. Viajes largos hasta Pasarón en Pontevedra, a A Malata en Ferrol, a Vigo, a Somozas… y casi siempre con regresos más complicados, hasta que dejó de tenerlos porque regresaba de Galicia fortalecido en sus aspiraciones. Los resultados comenzaron a darse en Galicia. Fue en el fantástico Grupo 1, el de las ‘vaques’, donde le comenzaron a salir los dientes a la Unión Deportiva Logroñés.

El golazo de falta de Titi en A Malata, aquella contra de Iker Alegre en Pasarón, el gol de Muneta en el Alcalde Manuel Candocia a falta de un minuto para el final que situaba al equipo a 4 puntos del Racing, la goleada, tras muchos padecimientos previos, al Celta B en un recital fantástico de aquel buen equipo entrenado por Carlos Pouso. Comenzó este club a domesticar el salvaje oeste, a sentirse cómodo en grandes escenarios, con televisiones autonómicas en directo… Y ahora le tocará ganarse el ascenso en Galicia.

Deberá hacer méritos para ello. Primero deberá superar las últimas diez jornadas ligueras. Y después demostrar que Galicia fue el principio del viaje hacia la Segunda División y ahora puede ser también el final. Además, Deportivo de la Coruña, Racing de Ferrol y Celta B, entre otros, son rivales directos de los riojanos en esta primera temporada en la nueva categoría. Los equipos gallegos vuelven a interponerse en la conquista del fútbol profesional. Y el primer objetivo será viajar en junio a Galicia para conseguirlo.

Muchas las cosas han cambiado desde entonces. Aquellos primeros viajes fueron de búsqueda, de aprendizaje, de peajes y crecimiento. Ahora es la fase de la materialización, el tiempo de demostrar que este equipo está capacitado para lograr el objetivo de regresar a la LFP. Por historia, el Deportivo de La Coruña, está a años luz, no tanto en lo deportivo. Racing de Ferrol y Celta B saben que es ahora la Unión Deportiva Logroñés la que lleva la iniciativa, es uno de los proyectos del momento en la categoría, pero debe materializarse sobre el campo durante estas últimas diez jornadas. No hay excusa que valga.

La sonoridad del mítico cartón amarelo, la lluvia de abajo hacia arriba del San Lázaro, los mejillones de Ferrol, la merienda con licor café de las señoras de Somozas, las cuestas de Vigo… Vivencias que dejaron su impronta pero que no conviene repetir en exceso. No se puede volver al pasado. Hay que conquistar el presente para avanzar en el futuro.

Por lo que no se me ocurre mejor lugar para reencontrarse con el fútbol profesional, donde espera el Lugo, con el que, por cierto, existe una deuda pendiente que la Unión Deportiva Logroñés debe cobrarse desde la mejora constante que logra siempre que visita Galicia… aunque, cierto, no sea siempre a la primera.

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