La Rioja

El arte de hacer joyas con piedras y cuerdas

Desde que no levantaba un palmo del suelo su abuela le enseñó a hacer punto y le metió el gusanillo de las manualidades. Así, la rinconera Raquel Melero fue conociendo otras formas de crear maravillas a través de sus manos. Ganchillo, macramé… Era una oportunidad única de desconectar de su día a día y además poder hacerse cosas diferentes. Primero lo comenzó a hacer para ella, después para amigas que iban conociendo su trabajo y por último, con el empujón final que le dieron su marido y sus hijos, decidió crear la firma ‘El ganchillo rizado’.

“La gente empezó a pedirme muñecas de ganchillo para comuniones, para cumpleaños y poco a poco, a fuerza de tutoriales fui aprendiendo a hacer más cosas”, cuenta recordando que mientras su padre estuvo ingresado en el hospital dedicó muchas horas a ir aprendiendo otras técnicas. “Las horas en el hospital son muchas y muy largas”, comenta.

Pronto se interesó por el macramé. “Empecé a hacer pulseras, collares, brazaletes y los empecé a mezclar con piedras porque creo que dan una energía especial a las personas”. De ahí ha nacido una línea de joyería que ahora muestra en redes sociales e incluso en un establecimiento de Rincón de Soto que le ha dejado un huequito en su escaparate para que todos puedan ver lo que hace.

“En San Miguel desde el Ayuntamiento me ofrecieron poder poner un puestecillo en la feria y la verdad es que las cositas que tenía gustaron mucho”, recuerda, eso y el apoyo familiar es lo que le hizo seguir firme adelante. “Se pueden hacer cosas muy especiales con cuerdas y piedras naturales, desde cosas pequeñitas hasta cosas ya más importantes”.

No siempre las cosas salen bien a la primera. “Soy muy perfeccionista y muchas veces cuando algo no me convence del todo lo deshago por completo y vuelvo a empezar”. Por eso pone en valor el trabajo artesano. “La gente muchas veces no se da cuenta las horas que se invierten en estas cosas y es una pena porque hasta la cosita más pequeña lleva mucho trabajo”.

Hay que tener mucha paciencia. “Al principio te salen las cosas mal y te frustras un poco pero con tesón terminas sacando lo que quieres hacer, no es un trabajo que salga bien a la primera”.

La idea es ir poco a poco en su pequeño negocio. “Estoy valorando inscribirme al listado de artesanos riojanos pero quiero ir poco a poco porque cada pieza lleva un trabajo descomunal”.

Amatistas, ojos de tigre… “Esas son las piedras que más le gustan a la gente”. Pero hace muchas más cosas. “Es verdad que con el ganchillo se pueden hacer infinidad de piezas, desde ropa que ahora está muy de moda hasta estas pequeñas joyas pero también bolsos, cortinas, camisas, maceteros…”.

Reconoce que hay cada vez menos gente joven que se dedica a estas labores manuales. “Conozco a poca gente ya de mi edad y más jóvenes es casi imposible encontrar y es una pena porque se van a ir perdiendo con el paso del tiempo”.

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