Educación

Agresiones a profesores en las aulas: “A todos nos ha pasado”

Los estudios avalan que la convivencia en las aulas y la relación entre profesor y alumno cada vez es más complicada. Algunos de ellos aseguran que casi el 80 por ciento de los profesores han sufrido en algún momento de su carrera agresiones físicas o verbales por parte de sus alumnos. Sólo hace unos meses, el servicio del Defensor del Profesor del sindicato ANPE informaba de que durante el pasado curso se atendieron en La Rioja 18 casos de esta naturaleza, siete más que el curso anterior. Muchos de ellos motivados por faltas de respeto, falsas acusaciones y mayor presión sobre las calificaciones por los alumnos y sus padres.

El 94 por ciento de los maestros atendidos el curso pasado en La Rioja sufrió ansiedad, un trastorno que “no está considerado una enfermedad profesional”; otro 11 por ciento, depresión ; y el 22 por ciento llegaron a cursar baja laboral, con el consiguiente coste económico para la Administración..

Javier Jiménez es riojano y ha dado clases tanto en la comunidad como en la vecina Navarra. La situación es similar a uno y otro lado del Ebro. “¿Un 80 por ciento? Pocos me parecen, yo creo que todos en algún momento hemos sufrido con algún alumno algún episodio de este tipo”. Él lo recuerda perfectamente. Fue en plena pandemia. “Puso su frente contra la mía buscando que yo saltase, simplemente porque no le dejaba pasar al patio de los mayores y me amenazó”.

Javier Jiménez.

Reconoce que no se trata de algo habitual en el día a día. Al menos, no con todos los profesores: “Cuando empieza el curso algunos alumnos hacen una valoración de los profesores, y al que ven más débil…”.

Para este profesor calagurritano la causa que motiva esta situación es clara: “Les hemos hecho creer que tienen todos los derechos, y la agresividad y frustración que tienen a esa edad y que es, en parte, normal, la sacan en dos sitios: en casa y en el centro”. Y es que “tienen la piel muy fina”.

A todo esto se suma una situación que intensifica el problema y no es otro que “la falta de respaldo por parte de las familias”. Jiménez asegura que “saben perfectamente cómo son sus hijos y cómo se comportan en casa y que lo que hacen allí también lo hacen en el centro. Se les reprocha la actitud que tienen en casa, pero luego se defiende la que tienen en el centro”.

“Tienen las de ganar”

“En el sistema educativo siempre tienen las de ganar”, asegura. Reconoce que su labor no es otra que la de ayudar a esos chavales que pueden tener problemas derivados de una edad ‘complicada’, pero “llega un momento en el que el alumno es creído antes que el profesor” y reitera que “no es una situación de todos los días, pero sí que a todos nos ha pasado puntualmente”.

No es su caso pero sí el de algunos compañeros. “Estamos viendo cada vez más bajas por ansiedad y gente que entró con una vocación brutal que la está perdiendo porque la convivencia en el centro cada vez es más difícil”. La situación se crea especialmente “con alumnos que no quieren estar en los centros ni aprender y se dedican todo el año a destrozarte las clases”.

En su caso como interino asegura que la situación siempre es algo mejor. “Normalmente no damos clase en el mismo lugar en el que vivimos y eso siempre es una ventaja, y además para el que está mal es más fácil cambiar de centro al año siguiente”.

Además asegura que “hay un machismo muy serio en las aulas: Mi pareja, que también es docente, tiene muchos más problemas que yo con determinados alumnos”. También depende de las asignaturas. “Hay algunas en las que no hay exámenes y ahí pierdes un elemento de presión con los alumnos, en las optativas hay muchos más problemas de convivencia”.

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