Un año más, y ya van más de cuatro décadas, Paso Viviente convertirá la avenida Valvanera de Calahorra en un escenario único en el que a partir de las nueve de la noche de este jueves se vivirán las últimas escenas de la Pasión de Cristo. Juegos de luces, mágicos escenarios, impactantes músicas y sonidos, muchos ensayos a sus espaldas y la pasión por hacer bien las cosas son las claves para que el acto se convierta en una de los más multitudinarios de la Semana Santa calagurritana.
Así, más de 250 personas dan vida a los protagonistas de la Pasión desde La Entrada de Jesús a Jerusalén en el entorno de La Planilla hasta la Resurrección, frente al depósito del agua. Más de un kilómetro con diferentes escenas a cada cual más especial. Un total de 16 momentos únicos en los que el visitante tiene que ir acompañando a los protagonistas y es testigo en primicia de todo lo que va sucediendo en la avenida Valvanera durante más de dos horas. La Última Cena, la Oración del Huerto, el prendimiento, los juicios de Caifás y Pilatos, las tres caídas, la Crucifixión…
EFE/Raquel Manzanares
Y es que si el pasado fin de semana Mercaforum fue esplendor y grandiosidad, la escenificación de la Pasión, para los integrantes de Paso Viviente, es intimísimo y responsabilidad por hacer las cosas como ellos sólo saben. “Es nuestra niña bonita”, han dicho siempre los responsables de una asociación que vive el Jueves Santo de una forma especial.
Foto: Paso Viviente
Lo que el 1982 empezó con una breve representación de quince minutos en la plaza del Raso, cuatro décadas después se ha convertido en un espectáculo con una narrativa cuidada y una puesta en escena que no deja a nadie indiferente y que durante más de dos horas sumergen al espectador (muchos llegados de fuera de la ciudad) en una historia de amor, traiciones, amistad, pasión, sufrimiento y gloria.
