El Rioja

Una cata de estrenos al abrigo de Luis Cañas

La familia que conforman Luis Cañas y Amaren engloba 1.192 parcelas repartidas por Villabuena de Álava y alrededores, donde el trabajo de recuperación de variedades y el mantenimiento de antiguos viñedos son unos de sus pilares clave para seguir haciendo historia en el sector vitivinícola.

Parte de ese paisaje se podrá catar este miércoles (entradas ya agotadas) en el V ciclo de Catas Underground organizado por NueveCuatroUno y Calado by Criteria de la mano de Argraf, Cartonajes Santorroman, Cork Supply, Ramondin y Tonelería Magreñan. El sumiller de Bodegas Luis Cañas, Óscar Cárdenas, será quien dirija esta velada compartiendo cuatro vinos que servirán para profundizar en el trabajo de campo de la firma: Luis Cañas Blanco Joven 2023 (cata en primicia), Poyotos 2020 (Vino de parcela, 1.615 botellas), Luis Cañas Reserva Selección de la Familia 2018 y Luis Cañas Gran Reserva 2016.

– Inauguráis con un toque de actualidad de la mano de este blanco joven. ¿Qué rasgos de la campaña 2023 van a aflorar en las copas?

– Cabe recordar que fue una vendimia más adelantada de lo normal, por lo que hubo que seleccionar muy bien los viñedos a nivel de frescura, vendimiando parcelariamente, para conseguir que la acidez se mantuviera mejor a la hora de elaborar este vino. Además, con esta añada 2023 vamos a catar en primicia el nuevo etiquetado de Luis Cañas Blanco Viñas Viejas, teniendo en cuenta que siempre que hay un cambio de etiqueta en la bodega se producen también algunos cambios tanto a nivel de viñedo como de elaboración. En este caso hemos tendido a perfiles más frescos, alejándonos del carácter más fermental, y estamos muy satisfechos con el resultado y el carácter obtenido gracias a la viura, que aporta acidez y un gran potencial de envejecimiento, así como a la malvasía riojana y su carácter cítrico. Es decir, que este vino con más tiempo en botella va a evolucionar, transformándose en una fruta más de hueso y confitada. Pero eso se logra gracias a la acidez.

– Las sorpresas de la cata también llegan con Poyoto. ¿Qué guarda de especial este vino de Viñedo Singular?

– Es la primera añada de este vino de parcela y creo que esta va a ser la primera cata que se hace fuera de bodega, por lo que estamos muy contentos de mostrárselo al público. Poyoto es una viña que llega hasta los 640 metros y está ubicada entre Leza y Samaniego. Contiene un gran porcentaje de uva blanca y también de garnacha, una uva que en Rioja Alavesa adquiere un perfil más atlántico, por lo que aporta mucha fruta roja y un carácter especiado a pimienta y menta. Llevamos desde 2018 elaborándolo a nivel de pruebas, pero es ahora cuando ha dado el gran salto con 1.615 botellas. Es increíble la diferencia que hay al catar este vino y otro que sale de otra parcela que está a apenas un kilómetro de distancia, dando caracteres diferentes de esa tipicidad del terruño.

– ¿El Reserva Selección de la Familia trae el perfil más clásico de Luis Cañas?

– Es uno de los vinos clásicos de la casa, pero a la vez mantiene las claves de esa elaboración moderna que caracteriza a la familia. Yo creo que este es nuestro vino más internacional porque muestra un tempranillo profundo, con estructura y cuerpo, junto al toque que da el cabernet sauvignon (variedad que en Rioja solo se permite a nivel experimental). Es un tipo de vino que gusta en todos los mercados del mundo, pero su elaboración depende muchísimo del número de botellas que podemos hacer cada año y no todas las añadas se han podido sacar al mercado. Conseguir ese carácter de estructura y finura a la vez de un tempranillo no es algo fácil y lo mismo ocurre con el cabernet, el cual hay que vendimiarlo bien maduro porque si no el carácter vegetal puede ser muy agresivo.

– En cuanto al gran reserva, ¿cómo ha variado su perfil a lo largo de los años?

– Fue en 2015 cuando se produjo el punto de inflexión más importante porque a partir de entonces se cambió el enfoque de este vino, reduciendo el número de botellas para representar mucho más la fruta de Villabuena. Nuestro gran reserva emana de una viña de la zona de Carraelciego, entre Villabuena y Elciego, ubicada en una meseta donde las cepas tienen más de 50 años y están a buena altitud. Es el lugar perfecto por la alta acidez que aporta para crear vinos de guarda como este, con mucha estructura a nivel de grosor de la uva.

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