…buena sombra le cobija. La expresión es popular y todo el mundo la conoce. Refrán centenario donde los haya y es que, aunque su origen venga de mucho antes, aparece incluso en ‘El ingenioso hidalgo Don Quijote’.
Así que parece que ya hace unos cuantos siglos se sabía que estar bajo los árboles resguardaba de muchos males. Supongo, porque historiador no soy, que la tradición de merendar algo a la sombra de un buen árbol es legendaria y que la primera vez que el ser humano lo hizo, descubrió que era mucho mejor que hacerlo a pleno sol.
Por eso las ciudades y los pueblos tienen árboles; porque nos hacen más agradable nuestra existencia, especialmente en verano. Por eso los parques con árboles son fundamentales, porque permiten que familias enteras, y sobre todo niñas y niños, puedan pasar jugando, aprendiendo y conociendo lo que les rodea en sus ratos libres. ¿Quién podría querer privarnos de algo así? Pues por lo visto hay gente que sí.
No hace falta que nos vayamos a las grandes metrópolis de los pelotazos urbanísticos. No voy a recordar aquí la polémica de Madrid en donde se han arrasado medio millar de árboles para ampliar una línea de Metro. Voy a centrarme en un lugar mucho más pequeñito pero para mí más emblemático: la plaza Doctor Úcar en el barrio de Valverde de Cervera del Río Alhama.
La plaza está desde siempre descuidada ya que, más que una plaza, es un solar que aprovechamos para inundarla de vehículos. A pesar de ello, hace unos años se instaló una zona de juegos infantiles y se encementó una parte para colocar un par de bancos, eso sí, a la sombra de unos chopos. De esta forma, las vecinas y vecinos podíamos pasar alguna tarde de estos tórridos veranos. Ahora los quieren arrancar porque causan un perjuicio. ¿El informe? Nadie lo ha visto. ¿Si habrá sustitución? Ni se conoce.
Los refranes populares, por lo general, están llenos de aprendizajes y en este caso no iba a ser menos. Los fenómenos de ‘’isla de calor’’ de las ciudades se producen porque materiales como el cemento, el hormigón y el asfalto absorben en mayores cantidades la energía que nos llega del sol en comparación con otros materiales como la madera, las hojas y la tierra. Es decir, se concentra mucha más temperatura en los espacios en los que no hay zonas verdes. La diferencia de temperatura ambiental puede ser de 5 grados entre la zona soleada y la sombría. De casi 30 grados si hablamos del asfalto. Y no lo digo yo, lo dicen la ciencia y los termómetros.
Con el incipiente cambio climático que vivimos (y no lo digo yo, lo dicen la ciencia y los termómetros) arrancar árboles es una auténtica temeridad y no sustituirlos es la condena al abandono. Dignificar la plaza Doctor Úcar es necesario no sólo por no hacerle un desplante a quien le puso nombre, sino especialmente porque es la forma de tener unos pueblos vivos. Sin vecinas y vecinos, sin niñas y niños, no existe el futuro para el medio rural. Y, no cabe duda que, sin sombras en las que cobijarnos, no habrá ni merendolas en los parques ni risas en las calles.
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