Ganadería

Los ataques de lobo en La Rioja, entre la incertidumbre y la falta de datos

Los ataques al ganado en la sierra riojana se suceden cada vez con mayor periodicidad y los propietarios de estas explotaciones achacan los daños a la mayor presencia del lobo en los montes, un depredador que cada cada vez abarca más zonas de la región. Sin embargo, a veces es casi imposible demostrar cómo ha muerto el animal porque solo quedan sus restos óseos; otras, no se localiza ni siquiera al animal atacado, con el consiguiente agravio para el ganadero tanto por la pérdida de este como por no poder percibir la compensación por ella. En otros casos, en cambio, lo que se revela es que el ataque no ha sido cosa del lobo, sino de perros.

Según el último censo que manejaba el Gobierno regional, entre 2021 y 2022, existían cuatro grupos reproductores con un rango de entre 18 y 38 lobos, por lo que en la actualidad es muy probable que el número de ejemplares haya aumentado. Desde la actual Consejería de Agricultura del Gobierno regional han rechazado facilitar datos del número total de bajas de animales certificadas como ataques de lobo en los últimos años, respondiendo que esa información se hará publica previsiblemente cuando se presente el Plan de Gestión del Lobo.

De igual forma, preguntados por este medio, varios agentes forestales que vigilan los montes riojanos se limitan a explicar que ellos no llevan un registro con los datos de ataques. “Nuestro papel es elaborar los informes de dichos ataques con lo que vemos en el monte, pero luego son los técnicos quienes valoran si es por lobo o por otro animal”, apunta uno de los guardas del Alto Iregua.

Hace unas semanas NueveCuatroUno se hacía eco de la denuncia de un ganadero de Santa Engracia del Jubera que aseguraba que el lobo le había matado 160 ovejas en siete meses, pero solo había podido certificar doce bajas. Sin embargo, tal como señalan varios guardas forestales, “gran parte de esas 160 ovejas que dice que le han desaparecido no han sido por el lobo, sino por perros. Es más, de las doce ovejas certificadas, alguna se ha certificado por ataque de perro también”.

Y van más allá, porque no se trata de perros salvajes o asilvestrados, sino de perros de caza. “El propio ganadero nos ha comunicado en varias ocasiones que por las noches ve luces de coches por los montes de la zona e incluso nos ha asegurado que algunas de las ovejas muertas que ha encontrado han sido atacadas por perros. Se trata de gente que practica la caza furtiva y, aunque no es habitual, salen con sus perros, imagino, para buscar jabalíes. Y esos perros sí atacan a las ovejas”, apunta uno de los guardas de esta zona. Es por ello que los agentes forestales están intensificando los controles nocturnos por este área.

Este agente asegura que no ha habido más ataques de lobo al ganado en Santa Engracia del Jubera, pese a que otros ganaderos de la zona confirman lo contrario. Añade, además, que “los ataques de perros a estos rebaños son más habituales en esta zona del valle del Jubera que en otros puntos como las Viniegras o las sierras de los Cameros Nuevo y Viejo, donde los ataques se corresponden más con el lobo”.

A finales del pasado mes de diciembre, la organización agraria ARAG-ASAJA apuntaba a que entre 2005 y 2022 los daños al ganado por ataques de lobo afectaron a 5.451 cabezas, la mayoría de ovino, pero también de bovino y equino; mientra que el número de ataques certificados fue de 1.864.

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