Ganadería

Masacre en Santa Engracia: el lobo mata 160 ovejas en siete meses

El lobo mata 160 ovejas en siete meses a un pastor de Santa Engracia

Ángel Fernández lleva entre rebaños toda la vida. Aún recuerda que a sus seis años ya tenía una cabra. Ahora, con 56, ve que lo que ha sido su modo de vida y sustento pende de un hilo con cada mes que transcurre. Gestiona una explotación de ovino en Santa Engracia del Jubera que a día de hoy ronda las 400 cabezas. En agosto del año pasado, sin embargo, era 560 las ovejas que estaban bajo su cuidado, pero el lobo se las fue arrebatando poco a poco.

“En estos últimos siete meses me ha matado unos 160 animales entre ovejas y corderas, que de estas últimas calculo que habrán sido unas 42. ¿Y sabes cuántas me ha cubierto el seguro? Únicamente 12. 12 animales certificados de los 160 que me han desaparecido por culpa del lobo. Y la cosa es que con los primeros ataques el guarda forestal me dijo que recogiera todas las ovejas muertas que fuera encontrando para luego certificarlas, pero tardó prácticamente un mes en venir a verlas mientras el carro seguía lleno de cadáveres. Y claro, pasaron los días y se fueron perdiendo, por lo que ya no se pudo comprobar nada”, explica el ganadero.

Algunas de las ovejas atacadas por el lobo el pasado mes de octubre.

Fernández obtuvo la primera certificación por baja a causa del lobo el pasado 23 de agosto, pero hasta esta fecha nunca había visto a este temido depredador por el valle del Jubera. Ni rastro, ni huellas, ni oírlo. Pero eso ya se acabó porque el lobo ibérico sigue ampliando su territorio de control en La Rioja. “Otro ganadero de la zona acabó vendiendo las pocas ovejas que le había dejado vivas el lobo porque en este caso le atacó a la mayoría del rebaño”, añade.

Las ovejas de este ganadero de Santa Engracia solían pastar en solitario por los montes entre San Martín del Jubera y El Collado, ambas poblaciones pertenecientes a Santa Engracia. Ahora en cambio, pocas son las noches que estos animales pasan al raso. “He tenido que poner mastines para vigilarlas y protegerlas, además de bajarlas a dormir al corral siempre que puedo. Y es cierto que después de poner estas medidas el lobo solo me ha atacado un día en enero, cuando mató 10, aunque luego solo encontré seis. Pero esto puede ser la solución ahora, que el lobo todavía no está asentado del todo y va y viene. Cuando se asiente, va a llegar el momento en el que mate a las ovejas delante de mí porque al mínimo despiste ya está liada”, asegura.

Fernández tiene otra partida de vacas y alguna que otra cabra también, por lo que asegura que este cambio en la forma de pastorear que le obliga a estar continuamente fuera con las ovejas es inviable en su explotación: “Aquí el terreno no es muy bueno, por lo que las ovejas se mantienen a base de estar horas y horas en el monte, pero yo no puedo estar con ellas a todas horas y a la vez pendiente de las parideras que están en el corral, de las vacas,… Por no hablar de que ya de por sí tenemos suficiente jaleo con todo el papeleo que nos obligan a hacer. Vaya, que tendría que coger a otro pastor para ello, y súmale entonces más costes a la explotación. Así que para comer pan duro no hace falta ir pastor todos los días”, apunta en tono metafórico.

No se plantea recuperar las ovejas perdidas, por lo que se quedará con esas 400 cabezas de ovino y el resto del ganado. En cuanto al vacuno, el lobo todavía no ha llegado a atacar a sus terneros, pero no lo descarta. “En otros pueblos de La Rioja ya se han visto terneros muertos y está claro que si no hay ovejas, los terneros y potros son las próximas víctimas del lobo. El próximo ataque está a la vuelta de la esquina y con lobos, acabará por no haber ovejas en los pueblos”.

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