CARTA AL DIRECTOR

“Incluso en el arte de pensar hay desigualdad de género”

Profesor Varona, su carta al director publicada en el periódico digital NueveCuatroUno, hace que me surjan muchas cuestiones respecto a los asuntos que menciona. En primer lugar, su tweet machista no se debe a opinar o plantear la necesidad de realizar o no olimpiadas matemáticas femeninas, sino la respuesta que ofrece ante la contestación a su tweet.

No cabe duda que tanto hombres como mujeres tienen las mismas capacidades, sin embargo, el análisis que plantea es demasiado simplista para una persona como usted, catedrático en el Departamento de Matemáticas y Computación de la Universidad de La Rioja. Con este planteamiento deja fuera muchas variables que afectan a esas capacidades, tanto físicas como intelectuales, como es el contexto social y cultural que rodea a hombres y mujeres.

No creo que le tenga que explicar la importancia de los factores ambientales, materiales y humanos en cualquier tipo de investigación científica, sobre todo en el ámbito de las ciencias sociales, donde los factores psicológicos influyen en la forma en que experimentamos el mundo que nos rodea. Estos factores son la cultura, la cual condiciona muchos de nuestros comportamientos y opiniones, además de nuestras creencias religiosas y morales que también pueden influir en la forma en que vemos el mundo. Otro factor es la forma en la que interactuamos con los demás, las relaciones afectivas, como la familia, los amigos y las parejas, que pueden tener un gran impacto en la forma en que experimentamos el mundo a nuestro alrededor. Esta influencia puede ser profunda y duradera, y puede afectar nuestra forma de pensar y actuar.

Una vez señalado esto, la afirmación que realiza “No es atletismo, es pensar” se olvida de todas estas y más variables que condicionan a la experiencia humana.

Tradicionalmente, el arte de pensar no se les permitía a las mujeres, y un ejemplo es que hasta el 8 de marzo de 1910 las mujeres no pudieron acceder a la Enseñanza Superior en igualdad de condiciones hasta que se aprobó una real orden que autorizó “por igual la matrícula de alumnos y alumnas”. Este hecho puede parecer lejano, sin embargo, en la universidad, cuna del pensamiento, tan solo el 25 por ciento de los catedráticos son mujeres y sólo el 23 por ciento son rectoras a pesar de que el 56 por ciento de las estudiantes universitarias son mujeres. Además, las mujeres no llegan a representar al 20 por ciento del profesorado en las universidades con estudios del ámbito científico y técnico, mientras que en las carreras de perfil más general suponen un 35 por ciento del profesorado aproximadamente.

Pero si nos adentramos en el mundo STEM, vemos cómo en España la mujer representa el 36 por ciento de estudiantes, el 37 por ciento de las tesis leídas, el 30 por ciento del personal docente y de investigación (PDI) y el 23 por ciento de la cátedra. Por último, un dato que le atañe de manera directa es que del estudiantado inscrito en Matemáticas, solamente un 36 por ciento son mujeres.

Los datos nos plantean un contexto en el que incluso en el arte de pensar hay desigualdad de género. Esto no significa en ningún caso que las mujeres tengan menos capacidades que los hombres, sino que los obstáculos para desarrollar ese pensamiento son muchos más.

Añadir que, con su contestación, muestra una falta total de empatía hacia la persona que le responde planteando una problemática que sufren hoy las mujeres en el ámbito académico, como es la falta de espacios seguros en contextos masculinizados. Utilizar la hipérboles, como usted mismo dice, mientras que, en España, en 2023, 53 mujeres fueron asesinadas y 4 mujeres fueron violadas al día, solo hace reflejar la falta de sensibilidad ante estas cuestiones, siendo un comentario claramente machista, ya que hay que ser muy malintencionado para restar importancia a algo tan grave como es la vida de las mujeres.

En cuanto a la necesidad o no de que exista una Olimpiada Matemática femenina, todos estos datos aportados avalan la necesidad, no solo de crear espacios seguros para las mujeres, sino también de empoderamiento entre las mujeres matemáticas para que sean capaces de reconocerse como investigadoras o académicas en otras compañeras, sin una mirada paternalista que les invalida profesionalmente, ya que es la falta de referentes una de las causas principales de estos datos.

La historia nos ha enseñado que nosotras no pensamos, nosotras cuidamos, por eso somos enfermeras, médicas, veterinarias o profesoras. Hoy seguimos necesitando estos espacios en los que se nos reconozca nuestro esfuerzo porque en la actualidad las mujeres siguen siendo privadas del arte de pensar. Los hombres nos llevan siglos de ventaja en dicho arte y por eso espero que nos ayudéis, dejando libre y respetando el espacio que nos corresponde en la ciencia.

En segundo lugar, hablar de fascismo, primero, por señalar un comentario machista y, segundo, hacerlo en uno de los periódicos digitales más leídos en la Comunidad de La Rioja, es cuanto menos sarcástico. Pero ya que usted hace referencia al famoso poema de Niemöller, copio completo el texto.

Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista.
Luego vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío.
Luego vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre.

Siento ser osada, pero me voy a tomar la licencia de hacer unas modificaciones:

Primero vinieron por mi abuela, y guardé silencio porque no era yo.
Luego vinieron por mi madre, y no hablé porque no era yo.
Luego vinieron por mi amiga/hermana/hija, y no dije nada porque no era yo.
Luego vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en nombre de nosotras.

Entender que el espacio público ya no es solo vuestro y que como tal no podéis hacer y decir lo que queréis sin consecuencias, supone una pérdida de privilegios que muchos no están dispuestos a asumir, pero, profesor Varona, señalar aquello que es machista, misógino o discriminatorio, no es fascismo. Hoy señalamos por las mujeres que no pueden o no pudieron hacerlo, para que las mujeres que vengan no tengan que hacerlo.

*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.

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