La Rioja

El presunto envenenador y su víctima “habían discutido por temas económicos”

FOTO: EFE/ Fernando Díaz.

El coordinador policial de la investigación que se sigue contra el acusado de ser el presunto autor del asesinato con alevosía de un anciano al envenenarle ha calificado de “extraña” la versión aportada por el procesado y ha incidido en varios datos que no coinciden con lo que manifiesta su defensa.

El coordinador ha sido uno de los testigos que han declarado en el juicio por jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Logroño contra un hombre, acusado de envenenar mortalmente con líquido desatascador al anciano que cuidaba, por lo que el fiscal pide para él 23 años de prisión; mientras que la defensa sostiene que se trató de un suicidio y pide la libre absolución.

Este agente de la Policía Nacional ha afirmado que, durante sus entrevistas con vecinos y personas de la zona, algunos manifestaron que “la víctima y el acusado habían discutido por temas económicos”. “Fue muy determinante lo que declararon los médicos y técnicos de emergencias, que manifestaron muchas cosas que les llamaban la atención”, ha afirmado, como que, cuando ocurrieron los hechos, en la madrugada del 5 de agosto de 2020, el acusado estuviera vestido de calle y que no supiera el tiempo que la víctima llevaba afectada por el líquido desatascador.

Los desagües funcionaban bien

Los técnicos de emergencias, ha proseguido, también indicaron que “nunca habían visto algo similar, un suicidio con un producto tóxico y somníferos”; además de que encontraron la botella de desatascador cerrada, “cuando hacer eso requiere fuerza y destreza y a la víctima le había dado un citus recientemente y le faltaban dos falanges”.

En esta cuestión, la defensa del acusado ha dicho que el anciano no tenía dos falanges desde hace cuarenta años y “se valía perfectamente” y, aunque sufrió un ictus, “hasta el informe médico especifica que no tuvo ninguna secuela ni perdió fuerza”. El agente ha aludido también a los vídeos del establecimiento en el que el acusado adquirió el desatascador y le sorprendió que, “al comprarlo, diera la sensación de tener claro dónde estaba el producto”.

FOTO: EFE/ Fernando Díaz.

Además, “nos costó mucho la prueba caligráfica porque apenas había escritos del anciano en su casa, lo cual nos dice que apenas escribía y nos extraña que lo hiciera para despedirse de unos familiares con los que no tenía relación”, ha añadido este agente.

Se ha referido a que “en la casa había lejía o amoniaco, con lo que, para un suicidio, no era necesario comprar otro líquido”, ha señalado, y, “sin embargo, recurre (el anciano) a algo que se compró esa misma mañana” y que “no era necesario porque los grifos y los desagües funcionaban bien”.

Los agentes, ha relatado, abandonaron el domicilio esa noche, no se precintó y “todos los que estuvieron en esas horas nos dijeron que no había un vaso, pero por la mañana sí lo había”.

Una casa limpia y ordenada

Otro de los policías nacionales que asistieron al día siguiente a la vivienda, para hacer un examen visual, ha asegurado que le llamó la atención “lo limpia y ordenada que estaba, con la excepción del salón”, donde vieron la botella de desatascador, un vaso con líquido pegajoso y una caja de medicamentos.

El acusado les entregó unas notas, cartillas de banco del anciano y las llaves del piso, ha dicho este agente, quien ha incidido en que los desagües del domicilio “funcionaban bien”.

Otro de los investigadores policiales ha coincidido en que a los sanitarios les extrañó “este tipo de suicidio, que no usara (el anciano) más medicamentos y que se tomara un líquido desatascador sin que tuviera manchas o restos en la boca”.

Un policía ha explicado que el teléfono móvil del acusado contenía fotografías con el anciano, “en el que daba la sensación de que quería que se viera que le cuidaba bien”; e imágenes de documentos de las propiedades del fallecido.

También encontraron imágenes de los escritos en los que supuestamente el anciano explicaba que se iba a suicidar, “aunque comprobamos que las fotografías se hicieron después de la muerte”, ha admitido.

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