El trágico accidente de circulación en el que ha muerto una mujer de 72 años en Calahorra (y en el que su marido ha resultado gravemente herido) se suma a la lista negra de los sucesos en las carreteras riojanas, en las que ya han muerto cuatro personas cuando aún no se han consumido los dos primeros meses del año.
El primero de los accidentes mortales de este curso ocurrió el pasado 17 de enero en Murillo del Río Leza, cuando murió a los 46 años un técnico de viñedo de la Dirección General de Agricultura, si bien todo indica que antes de perder el control del vehículo sufrió un accidente cardiovascular. Junto al fallecido viajaba otra empleada de Agricultura, que resultó ilesa en el trágico suceso.
Pero es este mes de febrero el que concentra una mayor mortalidad en las carreteras riojanas. El pasado día 9 moría a primera hora de la mañana un vecino de Cenicero, nacido en 1984 y de nacionalidad portuguesa, al chocar frontalmente su furgoneta con un autobús al paso de la N-232 por el término municipal de El Redal.
Hasta el de este miércoles, el último accidente de tráfico con víctimas ocurrió hace tan solo seis días. El pasado día 15, un ganadero de 79 años perdía la vida al sufrir un accidente con su todoterreno en el camino Ollora, entre San Millán de la Cogolla y Lugar del Río. Junto al fallecido viajaba también uno de sus hijos, que tuvo que ser evacuado al Hospital San Pedro pero recibía el alta horas después.
Se da la circunstancia de que estas cuatro muertes se han producido en los últimos 34 días, lo que supone una cifra elevadísima de mortalidad si tenemos en cuenta que a lo largo del pasado año –según los datos de la Delegación del Gobierno– murieron en la comunidad once personas a causa de accidentes de circulación. En 2022 fueron nueve las víctimas mortales por siniestros viales en La Rioja.
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