Cerrado desde final de año, El Rincón de Julio había entrado en una especie de letargo del que por fin ha despertado. Este viernes ha vuelto a abrir sus puertas este emblemático bar y restaurante logroñés; y los primeros clientes se han encontrado con una importante novedad.
Todo parece seguir igual, pero se ha producido un giro profundo que solo han reconocido los más habituales. Una nueva dirección se ha hecho cargo de este punto de encuentro para los logroñeses que buscan el primer sol de la primavera o el frescor del río Ebro durante las calurosas noches de verano.
El Rincón de Julio afronta esta temporada bajo una nueva dirección. El descanso habitual de este espacio durante el mes de enero ha traído un cambio profundo. Quienes estuvieran décadas al frente de este lugar han cerrado una etapa y lo han hecho en el más absoluto silencio, sin posibilidad de agradecerles los servicios prestados tan acertadamente durante tanto tiempo. Desde ya, tres hermanas se hacen cargo de este restaurante que dispone de una amplia terraza, de una completa barra y de un salón-comedor en su interior.
A simple vista todo sigue exactamente igual. Careta, panceta, morros… la brasa sigue surtiendo la barra con estas delicias, tan del gusto de los clientes. Tortillas, bocatitas… un buen lugar para hacer un alto en el camino a media mañana. Todo apunta a que se dará un menú del día y que en cuanto la temperatura acompañe se podrá seguir disfrutando de esa tradición tan logroñesa de juntarse con los amigos o familiares en su terraza, traer de casa algo para comer y solicitar en la barra la bebida que posteriormente se abonará en la barra de este local.
El Rincón de Julio cierra una etapa y da comienzo un nuevo periodo en el que poco o nada parece haber cambiado, salvo la dirección de este espacio que fundara Julio para completar la oferta de la ya desaparecida Playa de Logroño.
