Agricultura

Ignacio Echapresto: “Si no se soluciona, el mundo rural tiene los días contados”

FOTO: Fernando Díaz

Ignacio Echapresto, como parte de la cadena alimenticia de este país, la que sofistica cualquier producto para convertirlo en algo inolvidable, ha tomado partido por el campo y el mundo rural, al que pertenece él, su familia y su proyecto de vida desde Venta Moncalvillo, un restaurante ubicado en el pueblo más pequeño del mundo con más estrellas Michelin.

Con parte del sector agropecuario riojano movilizado, ocupando con sus tractores las principales vías de comunicación de la región para hacerse oír, Ignacio Echapresto, chef con dos estrellas Michelin y otra verde, ha querido romper una lanza en favor de los agricultores y ganaderos de todo el país. “Como hijo de agricultores he vivido todas esas trabas, las constantes bajadas de precios, las exigencias continuas de las administraciones, los precios que recibe un agricultor y lo que le cuesta al consumidor”.

Es parte del mensaje que ha querido enviar Ignacio Echapresto, que ha enviado su “apoyo al sector primario. Porque es básico en el devenir de mi trabajo, porque es clave para una alimentación saludable, porque el mundo rural depende de ellos, porque sí y ¿por qué no?”, se pregunta el chef riojano.

“Habitualmente los cocineros y muchos agentes del sector gastronómico hablamos de productos y productores. Pero más allá de lo romántico y el ‘buenismo’ de las palabras, ¿somos conscientes de la profunda crisis que vive el sector agropecuario en nuestro país?”, se pregunta el chef. Para seguir defendiendo a los agricultores y ganadores del país: “Sinceramente, creo que no. Y lo creo porque vivimos en una realidad ficticia donde desconocemos las políticas agrarias que sufren y padecen agricultores, ganaderos o pescadores. Cupos, cuotas, burocracia, subidas de costes de producción…”. Conoce bien la problemática como hijo de agricultores y ganadores, como hermano de agricultores, como hijo de Daroca de Rioja.

“Veo cómo productos de aquí, que el mercado no valora y que incluso se tiran por su escasa rentabilidad, se importan a sabiendas de que su producción en terceros países es cuanto menos cuestionable”. Ignacio Echapresto pone el foco en los intermediarios que mueven alimentos de un lado al otro del mundo sin una justificación muy concreta. En España se consume naranja sudafricana mientras que en el Reino Unido se comen cítricos españoles. “Veo que muchas veces producen -por los agricultores- a pérdidas y que aun así no les queda más remedio que tirar para adelante porque las inversiones en maquinaria, tecnología y equipos es abismal para ser productivo y competitivo”, explica en su alegato el chef de Venta Moncalvillo.

“‘En el país más rico del mundo’, tal y como reza el eslogan, este sector clave en el desarrollo de nuestro trabajo y del depende la calidad de lo que llega a nuestras despensas agoniza”, apunta desde una mirada gastronómica Echapresto. “Da igual dónde mires, de norte a sur o de este a oeste. También da igual el producto. El sector está muy tocado”. Y sigue: “Y me preocupa porque soy cocinero, porque una alimentación sana depende de ellos, y porque si esto no se soluciona el mundo rural tiene los días contados”.

Echapresto tiene claro que quiere seguir “disfrutando de un queso artesano, de una pan de verdad elaborado con harina de trigos auténticos, quiero unos caparrones mantecosos, corderos chamaritos, melocotones del Iregua y peras de Rincón”. Quiere lo que está rico, “porque cada vez que desaparece un productor, que cierra una explotación ganadera o un barco deja de faenar desaparece también parte de nuestro patrimonio gastronómico, cultural y etnográfico”.

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