Si hay algo que genere especial ilusión en unos chavales de Primero y Segundo de Bachiller es disfrutar de un viaje de estudios. Precisamente, 156 alumnos de Maristas de Logroño volaban este lunes a Berlín para conocer la ciudad y traerse de la escapada cientos de aventuras. Y la primera ha ocurrido nada más llegar al ver que su equipaje no había volado con ellos.
La huelga de los trabajadores del servicio de asistencia en tierra de Iberia -conocido como ‘handling’- también ha afectado a estos riojanos. El vuelo salía del aeropuerto Barcelona-El Prat. Hasta ahí todo controlado. Cada alumno transportaba su maleta, pero el problema ha llegado cuando ningún operario las ha cargado en el avión.
“Hemos estado dos horas en el aeropuerto esperando a que subieran las maletas. Nos han dicho que ya estaba, así que nos hemos montado en el avión tranquilos, pero hemos llegado aquí y al ir a recogerlas hemos visto que no habían llegado. Ha venido una chica, nos ha explicado la situación y nos ha pedido que rellenáramos un formulario”, han contado algunos alumnos a este medio.
“Menos mal que aquí también hacía frío y la mayoría han subido al avión con sus abrigos. Incluso algunos llevaban equipaje de cabina”, ha señalado Adolfo Lezana, director del centro. Una vez allí, y vista la situación, han comenzado las gestiones por parte de los docentes que les acompañan. “Por suerte son profesores experimentados en este tipo de viajes, sobre todo uno que se mueve como pez en el agua en estas coyunturas”.
Una vez en Berlín y sin saber cuándo dispondrán de sus equipajes, los alumnos se han acercado hasta un supermercado situado cerca de su alojamiento para comprar enseres básicos como cepillos de dientes y desodorantes. Además, han dispuesto de un tiempo libre que han utilizado para comprarse ropa. El problema para algunos es el tema de lentillas o aparatos dentales que cargaban en sus maletas.
Según ha explicado el director del centro a NueveCuatroUno, “los chavales están tranquilos y lo están viviendo como una anécdota sumada a la ilusión que tienen por el viaje”. Y como están recién aterrizados, están con todo el ‘subidón’. Además, Lezana ha confirmado que todos están en constante comunicación con sus familias a través del móvil.
A la espera de que el problema se solucione y conforme vayan transcurriendo los hechos, el centro se plantea tomar algún tipo de medida en cuanto a reclamaciones. “Si la llegada del equipaje es inmediata veremos lo que hacemos, pero si se alarga se pondrá una queja”.
De momento, lo ‘peor’ que puede pasar es que los jóvenes tengan que repetir modelito, algo que seguro no les importa teniendo en cuenta que les queda por delante una semana sin ir a clase, sin estar en casa y viviendo una de las ‘aventuras’ más inolvidables de su vida. Berlín y Potsdam les esperan.
