Pocas experiencias son tan reconfortantes como contemplar a un niño plácidamente dormido. Es la viva imagen de la inocencia, que en el caso de una pequeña logroñesa de 7 años se ha visto perturbada por la misteriosa desaparición de su mejor amiga: Estrella. Su confidente no es una compañera del cole, ni tampoco una mascota; sino un tierno peluche que le ayuda a conciliar el sueño y a paliar las inseguridades propias de su edad.
El caso es que a Estrella se le perdió el rastro la pasada semana en Logroño y su familia trata de localizarla por todos los medios, llegando incluso a empapelar el entorno del Espolón, donde los caminos del peluche y la pequeña se separaron abruptamente.
“Llevé a la peque a un cuentacuentos al punto de lectura de La Rosaleda y, mientras duraba la actividad, ella me dio el peluche para que se lo guardara. Estuvimos tomando un café en El Espolón y llevaba a Estrella bajo el brazo; creo que al llevar el paraguas se me cayó sin que me diera cuenta y lo primero que me preguntó mi hija al volver era “¿dónde está Estrella?”, relata Marta, la madre de la menor.
“No creo que pasaran más de cinco minutos desde que nos dimos cuenta de que no la tenía”, explica, relatando cómo recorrió el camino inverso hacia la cafetería pero el peluche seguía sin aparecer mientras los nervios iban en aumento. Al no dar con Estrella, en casa llegaron las preguntas más difíciles que puede responder una madre: “¿Crees que va a aparecer? ¿La estarán cuidando? ¿La estarán tapando? Estrella se merece que hagamos todo lo posible por encontrarla”.
Aunque un peluche pueda parecer un objeto fácilmente reemplazable, el vínculo de la pequeña con Estrella es difícil de sustituir: “Con Estrella fue un amor a primera vista. Lo vimos en una tienda de casualidad y ella insistió en que no podía dejarlo allí; desde ese día siempre duerme con ella y ha adornado al peluche con collares que ella misma le ha hecho”. Por la noche, la peque vuelve a formular las preguntas más básicas, pero también las más difíciles. “Es cuando más se acuerda de Estrella y me pregunta ‘mamá, ¿estará bien? ¿La volveré a encontrar?’.
Además de colocar carteles, la familia y los amigos de la pequeña han organizado varias batidas por El Espolón para encontrar a su mejor amiga. “Es una forma de que ella vea que lo estamos intentando todo y ella se involucra la primera”, explica Marta, quien confiesa que “conforme van pasando los días las esperanzas van mermando”.
Aun así, la esperanza es lo último que se pierde y Marta aún se aferra a dos hipótesis: “Confío en que a lo mejor haya cogido el peluche alguien que se ha ido de puente y lo pueda entregar cuando vuelva; y a veces también pienso que alguien lo haya cogido sin pensar que fuese importante y ahora le dé vergüenza devolverlo”.
Es por ello que NueveCuatroUno aporta humildemente estas líneas para contribuir a la búsqueda de Estrella. Si alguien tiene alguna pista sobre su paradero, se ruega la comunique a la dirección de correo [email protected] o a [email protected]. Logremos entre todos que esta historia tenga un final feliz, propio de una película navideña.
