Eduardo Palacios.- A pesar de que vivimos en una era digital, el arte es una disciplina que todavía tiene poco apoyo, especialmente en España, aunque “ha llegado para quedarse” y poco a poco las obras que se generan en esta disciplina van a ir a más.
Así lo ha explicado a EFE la joven creadora Mayte Gómez Molina (Madrid. 1993) cuya obra, ‘Me veo la nuca’ ha sido escogida como ganadora de la Muestra de Arte Joven de La Rioja, un certamen al que se habían presentado más de 300 propuestas de creadores menores de 35 años procedentes de toda España.
El jurado calificó este trabajo de arte digital como el más destacado por una propuesta que plantea una reflexión sobre la deformación cognitiva de la identidad que podemos realizar con herramientas tecnológicas; durante un montaje de 24 minutos este “ensayo digital” deforma el rostro de la propia artista para demostrar cómo la tecnología pueden cambiar hasta la forma que tenemos de percibirnos a nosotros mismos.
Esta joven creadora está en la vanguardia del arte digital en España, ya ha expuesto sus trabajos en Estados Unidos y en la actualidad participa en un proyecto Europeo, con sede en Alemania, sobre esta disciplina.
“Es un proyecto de investigación que usa arte digital para visualización de datos y yo me encargo de modelos en tres dimensiones, que es mi especialidad profesional, el usar esa técnica para visualizar datos científicos y de humanidad”, ha detallado.
Dentro del proyecto, becado por la Unión Europea, algunas personas estudian obras de arte, sobre todo obras de “net.arte” (obras que tienen internet como soporte), que “es algo muy contemporáneo, aunque ya hace tiempo, desde los años 90, hay, por ejemplo, páginas web que se convierten en obras artísticas”.
“En el equipo hay personas que estudian esas obras, extraen de ellas una serie de datos y me los dan a mí para que busque una manera creativa de representarlo”, ha explicado la creadora española, que incide en que esta forma de arte “es similar a mirar un animal pero hacerlo solo desde el punto de vista de la biología” y “en nuestro caso vemos el arte desde los datos”.
Trabaja en Alemania porque “buscaban a alguien en este campo y decidí irme, también porque en España este campo se ve como ciencia ficción, prácticamente no existe”.
Un campo casi desconocido
“Si vemos cómo todas las áreas de la cultura tienen problemas para lograr apoyo en España, el arte digital tiene todavía más, aunque en realidad hay gente que ha trabajado en este campo en los últimos veinte años y existen algunos grupos punteros de investigación en Madrid”, ha admitido.
Para ella es “curioso” que el arte digital sea un campo “casi desconocido” cuando “en realidad lo que hace esta disciplina es plantear reflexiones sobre el arte en sí mismo, sobre la tecnología y sobre cómo usamos los datos” que “es algo que la gente hace a diario”.
“Parece que en general la sociedad entiende lo digital como algo externo, como una idea que está en la nube, flotando en el aire” pero “la realidad es que esa nube es una edificio lleno de servidores, es decir, algo muy físico”, ha detallado Gómez.
Y quizás por ese desconocimiento “ocurre que esta disciplina no encuentra fácilmente apoyo” a pesar de que “el arte, en general, siempre ha subsistido gracias al mecenazgo, pero ahora no lo tenemos”, ha lamentado.
“Es como si el arte viviera mirando solo hacia atrás, como si nos costara asimilar que también en el arte las cosas van muy deprisa, pero hay que aceptar que esta disciplina ha llegado para quedarse y que también en el arte la tecnología va a cambiar las cosas, como en el resto de los ámbitos de la sociedad”, ha concluido la joven artista e investigadora española.
