El Rioja

“La inteligencia artificial es imparable también en el mundo del vino”

FOTO: Fernando Díaz

La ciencia y el vino se dieron la mano este martes en el restaurante Bokoto de Logroño para entender el desarrollo de un sector que no sería posible de no ser por los datos y, por tanto, gracias a la inteligencia artificial. Esa herramienta presente en cada vez más ámbitos y que, por supuesto, también ha llegado al mundo del vino.

Protagonizando la última cita del Foro NueveCuatroVino bajo el título ‘Sorbos de Ciencia: un encuentro para maridar mente y paladar’, el matemático Eduardo Sáenz de Cabezón (también profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de La Rioja, presentador del programa Órbita Laika -La2- y reconocido especialista en monólogos científicos) condujo un encuentro en el que la ciencia se abrió al público asistente con un lenguaje lúdico y sencillo para demostrar que estas disciplinas condicionan,a veces sin saberlo, las decisiones que se toman en las empresas.

Como voces expertas, la cita la completaron la doctora por la Universidad de La Rioja, Paz Diago; el ingeniero industrial y cofundador de SoftWine, Gonzalo Villar, y el matemático y doctor por la Universidad de La Rioja José Manuel Gutiérrez. Todos ellos coincidieron en la importancia de no dar la espalda a la inteligencia artificial que tan relevante se vuelve cada día.

“Que la IA ha llegado al sector del vino es evidente y la mejor forma para aprovecharla es saber manejar unos buenos datos. Este es el primer ingrediente, luego ya vienen los algoritmos. El reto ahora mismo es que el beneficio de los usos de la inteligencia artificial sea para nuestros propios intereses y para eso hay que tener el conocimiento necesario porque si no serán las empresas que hacen IA las que se beneficien de ello. Es decir, hay que trabajar todos juntos”, remarcó Sáenz de Cabezón.

Diago fue tajante: “La IA es algo imparable también en el mundo del vino. En el campo, por ejemplo, está en pleno desarrollo y prueba de ello es el Foro DATAGRI donde ya se presentaron casos de éxito y proyectos muy interesantes sobre esa transformación digital que está viviendo el viñedo”. Y es que la inteligencia artificial, aseguran, permite identificar y cuantificar variables agronómicas de forma automática, así como monitorizar el viñedo para un seguimiento, una gestión y predicción de la producción de los viñedos y control de rendimientos.

En las bodegas, tal como remarcó Villar, también es una herramienta que está en pleno desarrollo y que aprende automáticamente almacenando todos los datos útiles que generan estas y otras empresas. “Hay bodegas que con cámaras especiales toman fotos y extraen sus datos para trazar el recorrido de una botella y crear algo único. La IA al final no es más que un programa que tiene unas entradas y da unas salidas y aprende con cada información que recibe”, destaca. Un encuentro que sirvió para evidenciar que las nuevas tecnologías ya no son el futuro, sino el pasado, y que hay que saber entenderlas y manejarlas para sacarles el máximo partido.

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