Tinta y tinto

Tinta y tinto: ‘Quién llama a Madrid’

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Te propongo un reto. ¿Podrías decir el nombre de tres consejeros del Gobierno de La Rioja? ¿Y de tres diputados del Parlamento? ¿Y de tres concejales de tu ayuntamiento? Salvo que pertenezcas al pequeño Logroño del poder, las tres preguntas te parecerán más difíciles que un examen de física cuántica. Es más. Si excluimos a Cuca Gamarra de la ecuación, ¿sabrías decir el nombre de los otros tres congresistas y de algún senador? Todo el día dedicándose a las historias de la cosa pública y apareciendo en los medios de comunicación para acabar pasando inadvertidos para la mayor parte de la sociedad.

Ya lo hemos comentado en alguna ocasión por aquí. Los políticos riojanos han bajado tanto las revoluciones de su motor que han acabado ahogándolo y parando el coche, pese a que la administración siga funcionando como siempre. Con lo bien que se lo pasan en Madrid con la algarada nacional, que ahora incluso tienen fiesta todas las noches con la Policía Nacional, o en Vigo con sus luces de Navidad, en la tierra con nombre de vino andamos huérfanos de esos perfiles extravagantes como Isabel Díaz Ayuso o Abel Caballero.

No se equivoquen nuestros representantes públicos pensando que queremos el ruido ensordecedor y el debate embarrado que nos llega desde Madrid. Dios nos libre de esa locura instalada en la Carrera de San Jerónimo, Ferraz y Génova que, esperemos, termine pronto por el bien de la convivencia entre paisanos. En realidad, me refiero a la desconexión permanente entre los políticos y la sociedad que les paga su sueldo, ya que poco o nada tienen que ver sus debates diarios con los problemas que atañen a la mayoría de la población. A más personal, cómo llegar a fin de mes con la nevera llena. A nivel regional, cómo solucionar el problema de las infraestructuras de La Rioja.

Ahora que echa a andar la legislatura en Madrid y que este lunes tendremos Gobierno, toca hacer el listado de peticiones para los nuevos ministros que liderará Pedro Sánchez. Lleva unos días sonando el nombre de Concha Andreu como posible secretaria de Estado -algo que tenga que ver con agricultura como siempre nos cuelgan a La Rioja-, pese a que desde Martínez Zaporta guardan silencio al respecto y echan balones fuera argumentando que la expresidenta mantiene ahora un perfil más discreto en la Cámara Alta. Lo de tener un ministro de la tierra pinta más complicado, aunque el amor entre el PSOE riojano y el presidente haya sido una constante. “La más sanchista”, que repetía una y otra vez Andreu durante la campaña electoral pese a lo bajo que cotizaba en ese momento su líder.

Sin embargo, si tuviera que apostar por una ganadora colateral con la formación del nuevo gabinete sería una totalmente inesperada: Henar Moreno. Por desgracia, sus carteras amigas apenas tendrán incidencia directa sobre el devenir de nuestra región. La ‘reina roja’ contaría -salvo cambios de última hora de la política que ya tú sabes- con dos personas de su máxima confianza sentadas en Moncloa gracias al pacto del PSOE con Sumar: Yolanda Díaz y Sira Rego. A la primera la conocemos de sobra como vicepresidenta y ministra de Trabajo, así como por su reconocida amistad con Moreno desde hace incontables años al coincidir ambas como respectivas coordinadoras de IU en La Rioja y Galicia. Incluso han compartido vacaciones y mesa en el Mesón Charro de Logroño, donde también se ha visto recientemente a la ‘reina roja’ en compañía de Rego. Esta última visita La Rioja con cierta frecuencia (basta darse una vuelta por nuestra hemeroteca para ver numerosas ruedas de prensa y reuniones).

Mientras nuestros diputados nacionales y senadores viajen a Madrid para decir “sí, bwana” a las directrices de sus respectivos partidos, nuestro peso político seguirá disminuyendo con el paso de los años. De hecho, cabe recordar que hemos perdido la representación riojana en el Consejo de Ministros (¿te acordabas de que Alberto Garzón es riojano?) y que hemos apostado por el color azul para el Gobierno regional frente al rojo del nacional. Mal futuro para el maná de las inversiones estatales en La Rioja, que adolece desde hace años del abandono de la Administración central y del poder de sus vecinos del norte.

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