La Rioja

El fiscal pide 120 años de prisión para los autores del crimen del Parque del Ebro

El fiscal pide 120 años de prisión para los asesinos de Isam Haddour

Isam Haddour, la víctima del crimen del Parque del Ebro.

Los cuatro presuntos asesinos de Isam Haddour en abril de 2021 se enfrentan a una pena de hasta 120 años de prisión (30 años de cárcel cada uno). Así lo reclama el fiscal del conocido como ‘Crimen del Parque del Ebro’ de Logroño, a cuyo escrito de calificación ha tenido acceso NueveCuatroUno y cuyo juicio se celebrará en la Audiencia Provincial el próximo 20 de noviembre.

El fiscal imputa a los jóvenes (de entre 20 y 26 años en el momento del crimen) los delitos de asesinato consumado y robo con violencia en las personas, en un crimen marcado por la brutalidad empleada por los presuntos asesinos sobre su víctima, un joven repartidor residente en Oyón. En la fatal agresión también participaron dos chicas menores -dos hermanas de 14 y 16 años tuteladas en un centro de reforma- que ya han sido juzgadas por el Juzgado de Menores, sin que el resultado de la sentencia haya trascendido por protección de datos.

Según relata el Ministerio Público, el 6 de abril de 2021, sobre las once y cuarto de la noche, Isam (de 34 años) se encontraba sentado en un banco del Parque del Ebro (junto al parking del Cubo del Revellín), junto a la bicicleta con la que realizaba los repartos en un establecimiento de comida rápida de la capital riojana.

Los acusados advirtieron que “Isam se encontraba en estado de embriaguez y le pidieron tabaco”. La víctima se negó y “dirigió un piropo” a una de las acompañantes de los agresores, que no se encuentra acusada por esta causa.

Uno de los jóvenes (C. S. D.) le dio un fuerte golpe en la cabeza a Isam “con el objeto de acabar directamente con cualquier oposición a su voluntad depredatoria”, dejándolo aturdido en el suelo. En ese momento, los otros tres acusados (de iniciales A. F. C., S. I. C. y M. G. M.) “abordaron sucesivamente a Isam, que estaba en el suelo, inerme, y le propinaron nuevos golpes, puñetazos y patadas”, turnándose en la agresión sin que la víctima “pudiera oponer resistencia alguna y sin que hubiera advertido en ningún momento el peligro de que fuera a ser agredido”.

El fiscal detalla que con cada golpe “la conciencia de Isam se iba desvaneciendo, hasta que, por la acumulación de golpes, quedó inconsciente”. Y subraya que los acusados sabían que dichos golpes “podían llevar a una persona a la muerte y, a pesar de ese conocimiento, siguieron agrediéndole, golpeándole en diversas partes de su cuerpo, y aceptando, sin oponerse en modo alguno, a que otros de sus compañeros le golpearan en la cabeza”.

Como consecuencia de la paliza, Isam quedó moribundo en el suelo y los acusados “aprovecharon para arrebatarle sus pertenencias”: la cartera, el tabaco, su móvil, la bicicleta y una cazadora que uno de los agresores se puso por encima de la ropa que llevaba. Los jóvenes “quitaron la batería y la tarjeta del móvil y tiraron el dispositivo junto al frontón del Revellín.

Actitud “jocosa” tras el asesinato

Tras la agresión y el robo, los cuatro acusados y las dos jóvenes que les acompañaban caminaron hacia el Casco Antiguo, llevando consigo la bici de Isam. Y en este punto el fiscal subraya que “abandonaron a la víctima agonizando a la intemperie”, en un lugar en el que “los acusados asumieron que no sería localizado por ninguna persona ni recibiría ayuda en toda la noche”, ya que en la fecha de autos regía el toque de queda por la pandemia entre las once de la noche y las siete de la mañana. Y así fue, un viandante encontró a Isam a las 7:30 horas del día siguiente, en un cuadro de “coma profundo”.

En su deambular por el Casco Antiguo, los acusados tuvieron “una actitud festiva, jocosa y despreocupada”, hasta el punto de que “algunos de ellos recrearon los movimientos de los golpes y patadas que habían propinado a Isam”. Además, se intercambiaban la bici de Isam “y en ocasiones se montaban en ella”. Actitudes, todas ellas, que quedaron registradas por las cámaras de seguridad de la Biblioteca de La Rioja.

Cuando llegaron a la calle Portales, apenas quince minutos después de la paliza, la Policía identificó a cinco de los seis jóvenes (C. S. D. se escondió) por vulnerar el toque de queda y los agentes les dejaron marchar, sin que ninguno de los agresores advirtiese a los policías del estado de Isam en el Parque del Ebro.

Otro de los acusados (A. F. C.) fue localizado al filo de la una de la madrugada en un edificio en construcción frente al estadio de Las Gaunas y le detuvo la Policía como presunto autor de un delito de robo con fuerza en las cosas. Tampoco él dijo nada a los agentes de lo sucedido en el Parque del Ebro apenas unas horas antes. Se trata del mismo joven que se colocó la cazadora de Isam tras la paliza y, precisamente, cuando la Policía le detuvo por el crimen tres días después también lucía la misma cazadora.

A pesar de que la Policía indicó al informar de la detención de los presuntos asesinos que estos regresaron a la posición de Isam “para rematarlo”, el escrito del fiscal -que sustenta la acusación- no alude a este hecho. Cabe recordar que los investigadores destacaron entonces la “violencia gratuita que sorprende” empleada por los jóvenes contra el repartidor, al que eligieron para atacarlo “como podía haber sido a cualquier otro”.

Por todo lo anteriormente relatado, la Fiscalía reclama para cada uno de los acusados una pena de 25 años de cárcel por un delito de asesinato consumado y otros cinco años de prisión por un delito de robo con violencia.

También, por vía de responsabilidad civil, el Ministerio Público reclama que los acusados indemnicen conjuntamente a la familia de la víctima con 300.0000 euros, además de pagar los objetos robados y los gastos derivados de la atención sanitaria al Servicio Riojano de Salud, que ascienden a 6.271 euros.

Los acusados

Pese a su corta edad, los acusados del crimen del Parque del Ebro cuentan con un amplio historial delictivo a sus espaldas. Así, S. I. C. (de 28 años en la actualidad, natural de Asturias y vecino de Logroño) ha sido condenado en cinco ocasiones por delitos de robo, hurto, amenazas contra la mujer y quebrantamiento de condena.

A. F. C. (de 25 años, natural de Colombia y vecino de Logroño) ha sido condenado en tres ocasiones por delitos de hurto, robo con fuerza y daños y M. G. M. (de 24 años, natural de Logroño y vecino de la capital riojana) tiene antecedentes por conducir sin carné y robo de vehículos a motor. El cuarto encausado -C. S. D. (de 22 años, natural de Logroño y vecino de Lardero)- carece de antecedentes y se encuentra en prisión provisional por este procedimiento.

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