El Rioja

Rioja y Columbia, mano a mano en una cata de retos cumplidos con Valdemar

Cristina Bernedo, enóloga en Bodegas Valdemar. | Fotos: Leire Díez

Cristina Bernedo ya lo había advertido. Esta cata funcionaría como un escenario donde lucir algunas de sus mejores galas de Bodegas Valdemar a un lado y otro del charco, con enfrentamientos entre diferentes variedades y elaboraciones de una misma añada y también con inspiraciones robadas de una zona para aplicarlas en otras. Juegos, retos y sueños cumplidos se dieron cita este miércoles en un nuevo encuentro del IV ciclo de Catas Underground (galería) organizado por NueveCuatroUno y Calado by Criteria de la mano de Argraf, Cartonajes Santorroman, Cork Supply, Ramondin y Tonelería Magreñan.

Bernedo, una de las responsables técnicas de Bodegas Valdemar, eligió para comenzar esta divertida velada una de las joyas de la familia Martínez Bujanda, su Conde Valdemar Finca Alto Cantabria 2021 Viñedo Singular. Sobre suelos arcillo-calizos, la viura que inunda al completo este vino se comporta de una manera única en una finca de la que emana también su espumoso de Rioja. Poco más de 11 hectáreas de las que unas ocho van a parar a esta viura de Viñedo Singular entre laderas y corrientes de viento y abrazada por el meandro del río Ebro. Un vino que comenzó a realizarse a raíz del encargo del chef donostiarra Pedro Subijana quien demandó un blanco fermentado y envejecido en barrica, potente y capaz de acompañar sus platos.

Ahora es uno de los vinos de Valdemar que más triunfa y que más representa la identidad de la firma. A mitad de fermentación el vino se introduce en una barrica de roble francés, donde se aplica la técnica de ‘batonnage’ para que las lías se queden en suspensión y aporten más matices. “Este vino no tiene nada que ver con los jóvenes que te puedes encontrar en el mercado. Este ya es un señor vino y esto es lo que hay que potenciar en Rioja”. Salinidad, redondez, profundidad y potencia.

Y llegó el turno de los foráneos pero con alma de Rioja. En 2019 la familia inauguró la primera bodega no americana en el estado de Washington de la mano de Jesús Martínez Bujanda, quien junto a su hermana Ana lidera ya la quinta generación de bodegueros desde Oyón. De estas tierras de Walla Walla, y con cepas que se encuentran a la misma altura que Burdeos y Borgoña, Bernedo descorchó intriga entre el público: Valdemar Estates Columbia Valley Chardonnay 2021. “Aquí tenemos viñedo que va desde los 160 metros de altura desde el nivel del río hasta los 650. Cuando llegamos era una zona donde se hacían vino de 16 grados, muy maduros, por lo que decidimos plantar en busca de altura para lograr más acidez”, relataba la enóloga. Justo lo que se puede encontrar en la cata de este chardonnay. Sorpresa entre el público, y buen aceptación también, aunque las costumbres son las costumbres y cuando un paladar está hecho a un estilo concreto no siempre es fácil salir de él. La idea de Valdemar, explicó Bernedo, es “llevar nuestro tempranillo y la maturana de Rioja a las viñas de Walla Walla para ver su comportamiento”.

Un pedacito de aquí asentado allí y viceversa, como se palpa en Valdemar Inspiración. Durante la cata se cató la añada 2020, un Rioja en materia primas pero con mucho carácter americano, con su “fuerza y descaro” ya que en su elaboración también ha participado la enóloga de Valdemas Estates. Tempranillo tinto, maturana y al de graciano componen esta creación atrevida, “con frescor y con gracia”, como la define Bernedo. Un vino reconocido en la cata y creó muchos puntos en común con el público asistente.

Fue Conde Valdemar Edición Limitada 2019 el que puso el broche final a la velada en El Calado. Una añada de apenas 8.000 botellas que todavía no han salido al mercado (lo harán por Navidad) y que llenó de potencia los paladares. Parte de culpa la tienen los 24 meses que pasa el vino envejeciendo, combinando barrica nueva con barricas ya más viejas para “dar cuerpo a lo que refleja a la perfección lo que es la esencia de la tierra”. como ya había comentado anteriormente, este vino es una ” visión de los grandes reservas de Rioja, pero con un estilo más actual porque se centra más en proyectar la expresividad del viñedo y las variedades, que en este caso son tempranillo, maturana y graciano también”. La enóloga Bernedo preguntó al público al término de la cata por la botella que más había gustado y, tal vez por las tendencias que dictan ahora el funcionamiento de los mercados, fueron los blancos los que se ganaron la partida de esta sesión, siendo el Finca Alto Cantabria de los más preferidos.

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