La Rioja

Refugios libres y dignos, ahora en Ezcaray

Hace ahora un año, cinco amigos aragoneses que durante años habían sido monitores de montaña tomaron la decisión de emprender un proyecto que iba a cambiar de alguna forma sus vidas. Tras un fin de semana en el refugio de la Larri descubrieron que no estaba equipado para pernoctar y se pusieron manos a la obra.

Una mesa, unos bancos, algún perchero, una pequeña cocina, repuestos de velas, pilas, alguna estantería, un botiquín de primeros auxilios. En la velada nocturna quisieron dar un paso más allá: convertirlo en algo que seguir haciendo en todos esos refugios libres que había en su comunidad.

El objetivo era devolver a la montaña todo lo que ésta les había dado durante años y por eso no quisieron quedarse ahí. Desde entonces ya han sido seis los refugios de Aragón que han ido reformando y el próximo año darán sus primeros pasos en La Rioja.

Puestos en contacto a través de la Federación de Montaña de La Rioja con el Ayuntamiento de Ezcaray, la pasada semana visitaron los tres refugios libres que hay en el entorno del municipio. Luis, Pedro, Alejandro, Daniel y Diego se quedaron encantados con una visita que pretende poner en valor esos recursos que sirven para sacar de un apuro a los montañeros en situaciones complicadas.

“Nuestro objetivo es adecentarlos. Habitualmente tienen buenas estructuras pero están vacíos por dentro, esa es nuestra misión: hacerlos habitables”, cuenta Pedro, uno de los integrantes de ‘Refugios libres dignos’.  “Queremos darles una segunda oportunidad, decorarlos y convertirlos en un espacio digno”.

Así, han puesto el ojo en tres refugios riojanos: Bonicaparra, Llano de la Casa, Santa Bárbara.  Los tres se encuentran en Ezcaray. “Comenzaremos en la primavera de 2024 con el de Bonicaparra que es más pequeño para ver cómo queda y si los vecinos están contentos con nuestro trabajo”. La idea inicial era comenzar con el de Llano de la casa por ser el más icónico pero sus dimensiones les han hecho pensar en comenzar por uno más pequeño. “Es uno de los refugios libres más grandes de España, hay pocos montañeros que no lo conozcan”.

Una vez que entren el trabajo está servido. Una pequeña cocina donde poder hacerse la cena, una biblioteca y zona de juegos para hacer las noches más llevaderas, una mesa, un panel de experiencias donde recoger el sector de todos los que pasen por allí,  un botiquín de primeros auxilios y una guitarra. “Siempre hemos tenido la idea de que la música estaba muy relacionada con el campo por eso es nuestro símbolo y por eso siempre dejamos una en los refugios que reacondicionamos”.

“También queremos empezar a poner una placa solar con un poco para que siempre haya luz en los refugios”, cuenta Pedro que ya tiene un feed back interesante de los usuarios de los refugios que ya han mejorado. “La gente los está cuidando mucho y además siempre dejan algo más para ir mejorando lo que ya hemos hecho nosotros”. Un poco de leña para el que viene después, unas velas, limpiar la zona exterior… Todo suma.

Desde el Ayuntamiento de Ezcaray están encantados con su llegada y hacen un llamamiento para que los vecinos se animen a subir a los refugios a echarles una mano en la labor que van a realizar cuando comiencen. “Estoy seguro de que va a haber mucha gente en Ezcaray que va a subir a ayudarles”, asegura Diego Bengoa, alcalde del municipio que también anima a proveedores a colaborar con herramientas, pintura o los materiales que vayan haciendo falta.

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