Las primeras quejas al Sereno de NueveCuatroUno de las fiestas de San Mateo sólo podían ir en dos direcciones: los ruidos y la mala utilización de los vehículos.
A primera hora de la mañana un vecino del Parque del Ebro se quejaba de que tenía que llamar, pasada la una de la madrugada a la policía por “el increíble ruido que hay en el Parque del Ebro”. “La música está a un volumen que es imposible dormir”.
La respuesta de la policía: “Me comentan que han recibido más de cien llamadas, que no pueden hacer nada, que tienen licencia para continuar hasta las tres de la mañana sin límite de decibelios”.
“Me parece difícil de creer e inaceptable”. “No estamos todos de fiesta. Hay personas que trabajan fuera de Logroño, y que se tienen que levantar pronto para ir a trabajar”.
Además de un poco de respeto al descanso nocturno tiene otra petición: “Señor Conrado Escobar, para las próximas fiestas, ponga este evento cerca de su casa, verá que gracia le hace”.
Después la queja llegaba queja de otro vecino desde otro parque de la ciudad, esta vez el de La Ribera. Decenas de coches aparcados en las aceras, seguramente para acceder de forma rápida y sin más molestias a la plaza de toros a ver el espectáculo de vaquillas.
Los que esta mañana han ido a pasear por el parque para oxigenar el cerebro después de tanta fiesta el día anterior han tenido que hacer malabares para evitar coches a uno y otro lado de las aceras. “Son zonas de peatones, no para que ellos dejen su coche”. Esta vez la policía…
