San Mateo

El Himno a Logroño: el imprescindible musical de las fiestas de San Mateo

¿Cuánto tarda una composición en integrarse por pleno derecho en la tradición musical de un territorio? En el caso del Himno a Logroño, tres décadas le han bastado para convertirse en un elemento imprescindible en las fiestas de San Mateo. Hasta el punto de que sin las 50.000 gargantas que entonan a pleno pulmón el “y nadie en Logroño se siente extranjero” tras el disparo del cohete la celebración ya no puede sentirse plena.

El origen del Himno a Logroño se remonta a 1993, cuando sus autores (Rafael Ibarrula, José Manuel Calzada y Alfredo Rodríguez) asistieron a la Quema de la Cuba -el acto que cierra las fiestas- y algo se les revolvió por dentro cuando las charangas comenzaron a interpretar el ‘Pobre de mí’, más propio de Pamplona que de Logroño.

“Surgió entonces un comentario, que debería sobar música riojana en un acto como ese”, recuerda Ibarrula, explicando que “pactamos que José Manuel haría la letra y yo compondría la música y en quince días habíamos cumplido nuestro propósito”. Alfredo Rodríguez intervendría como arreglista y primer intérprete de una pieza con “los componentes necesarios para que sea un himno lúdico y solemne a la vez, que huye de los estereotipos propios de los himnos decimonónicos”.

La letra

Somos de estirpe berona, plantada junto al Ebro,
el Monte Cantabria fue nuestro primer asentamiento.
Roma nos trajo su lengua por el río desde el mar,
bajó desde Varea nuestro vino y nuestro pan.

Mi tierra es La Rioja, Logroño es mi pueblo,
cruce de caminos, puente sobre el Ebro.
Cuna de mi lengua, Camino de encuentro
y nadie en Logroño se siente extranjero.

Pronto nos hizo libres el fuero de Alfonso Sexto,
el camino de Santiago nos hizo europeos.
Y cuando con violencia quisieron ponernos cerco,
supimos resistir libres y por siempre lo seremos.

Mi tierra es La Rioja, Logroño es mi pueblo,
cruce de caminos, puente sobre el Ebro.
Cuna de mi lengua, Camino de encuentro
y nadie en Logroño se siente extranjero.

Logroño junto a su río, fue creciendo en paralelo,
Rúa Vieja, Mayor , Portales y Bretón de los Herreros
y en el río se reflejan sus señas de identidad,
San Bartolomé, Palacios, Santiago y la Catedral.

Mi tierra es La Rioja, Logroño es mi pueblo,
cruce de caminos, puente sobre el Ebro.
Cuna de mi lengua, Camino de encuentro
y nadie en Logroño se siente extranjero.

Logroño es joven y antiguo, es pasado y es progreso,
es puerta del Revellín y es el nuevo Ayuntamiento,
y el Logroño de la jota, ahora canta otro cantar.
En Logroño no hay tranvía, pero hay Universidad.

Mi tierra es La Rioja, Logroño es mi pueblo,
cruce de caminos, puente sobre el Ebro.
Cuna de mi lengua, Camino de encuentro
y nadie en Logroño se siente extranjero.

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