Uno de esos elementos que, de un simple vistazo, identifican a Logroño en plenas fiestas. La Fuente del Vino es, por derecho propio, la reina de los selfis durante la semana de San Mateo (información para foráneos: durante el resto del año de ella mana agua) y pocos se resisten a retratarse con el chorro de color ‘rioja’ al fondo.
El ‘milagro’ de la instalación (ubicada en la intersección de la Gran Vía y Vara de Rey) se crea con agua y un colorante alimenticio, por lo que no se recomienda su consumo. También hay que recordar que está expresamente prohibido atravesar la calzada para acercarse a la fuente y, por supuesto, darse un chapuzón en ella.
FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.
La capital riojana estrenó la fuente del vino en 2007. “El domingo se producirá el milagro de San Mateo”, dijo el entonces concejal Ángel Varea, provocando una gran expectación entre los logroñeses, quienes se acercaron a la confluencia de estas dos importantes calles sin saber qué ocurriría.
Desde entonces, su funcionamiento ha sido intermitente, ya que en 2011 la Corporación municipal decidió prescindir de dicho elemento alegando a aspectos medioambientales y sanitarios. En 2018 Logroño recuperó su icónica Fuente del Vino como símbolo festivo y de ahí hasta nuestros días se antoja difícil vivir unos sanmateos sin los chorros de ‘rioja’ alzándose sobre el paisaje urbano de la capital riojana.
