El Rioja

Vendimia, de nuevo, paralizada en Rioja: “Esto es un desastre”

Vendimia, de nuevo, paralizada en Rioja: “Esto es un desastre”

Un viñedo de tempranillo golpeado por la piedra durante esta madrugada en Tudelilla

El sol ha brillado con intensidad, pero los charcos son los verdaderos protagonistas de esta jornada de lunes. Un día en el que los tractores y remolques deberían estar surcando caminos y viñas, pero por contra se mantienen a cobijo en los almacenes agrícolas. La lluvia ha vuelto a echar el freno en el desarrollo de la vendimia 2023, que ya se extiende por todas las zonas de producción de Rioja, reactivando el miedo de los viticultores hacia los posibles focos de botrytis que emanen de los racimos.

Y es que se está dando la tormenta perfecta, nunca mejor dicho, ya que a las abundantes lluvias caídas (especialmente en la mitad oriental de la denominación) se suman unas temperaturas que se mantienen elevadas, rondando los 30 grados. Las cifras, una vez más, son sorprendentes. Tudelilla acumula ya 157 litros de agua en lo que va de mes y la previsión es que esta noche vuelva a llover. En esta localidad, donde este lunes el agua y el barro cubrían la LR-123 a primeras horas y los caminos agrícolas parecían auténticos ríos, el último golpe del temporal ha ha caído alrededor de las seis de la mañana, con una tormenta de granizo originada en la Sierra de la Hez y que ha arrasado multitud de viñas a su paso, desde el monte hasta las zonas más bajas.

“Esto es un desastre”, sentencia David Bastida, enólogo en Bodega Ortega Ezquerro, quien se ha topado esta mañana con cepas completamente deshojadas y unos racimos golpeados. “Es difícil calcular la producción que se ha perdido, pero más allá de eso, lo preocupante es que este año no podremos elaborar nuestros monovarietales”. Ni el de garnacha, ni el de mazuelo, ni el viura. “La uva está, sí, pero no con la calidad que merecen estos vinos”, reconoce. El mayor daño se lo ha llevado tempranillo, que ya este año venía muy cargado y que ahora con las tormentas corre el riesgo de perder grado alcohólico. “Alguna de las grandes bodegas asentadas en esta zona no tenían previsto empezar tan pronto y hoy ya se ha visto movimiento de máquinas”.

David Bastida muestra las piedras de granizo caídas a primera hora de la mañana de este lunes en Tudelilla.

El nerviosimo impera en Rioja Oriental. “En los últimos años estamos viendo ya meses de septiembre que son muy tropicales y eso es un problema serio, sobre todo para el tempranillo. La vendimia, sin duda, ya se ha complicado y esperemos que no empeore, pero para esta misma noche vuelven a dar tormentas y con granizo. No sé lo que pasará… Ahora lo único que vendría bien para evitar males mayores sería un cambio de tiempo: cierzo por el día y temperaturas más frescas por la noche, porque lo de estos días es bochorno”.

La vendimia se ha paralizado por completo en muchas zonas donde los pluviómetros se han sobrado de agua en pocas horas. Que se lo digan a los viticultores de Ausejo. Aquí el primer fin de semana de septiembre se registraron unos 100 litros, y desde el sábado pasado llevan acumulados otros 50. “Caminos destrozados, se han abierto barrancos en algunas fincas,… Esto es desesperante porque es que incluso no se puede entrar a lagunas viñas aún”, asegura Roberto Monforte, enólogo en la Cooperativa Bodegas San Miguel. La vendimia aquí apenas ha comenzado tímidamente con las primeras blancas cortadas la semana pasada, pero pronto hubo que cesar la tarea por una uva diluida a causa de las lluvias. “Se ha perdido grado y ahora con estas últimas precipitaciones a saber cómo está”.

Agua que esta pasada noche también ha llegado acompañada de piedra, aunque no tan dañina como en Tudelilla. “Ha tocado alguna viña, pero no con graves daños. El problema son las heridas que haya dejado y que puedan derivar en problemas sanitarios, así que toca volver a muestrear en cuanto se pueda entrar en las viñas. Pero hay muchísima incertidumbre, nunca había conocido tanta. Lo que está claro es que va a ser un vendimia compleja y en bodega haremos lo que se pueda con la uva que llegue. Si conseguimos que esta aguante, se podrá salvar la sanidad, pero si vemos que se va a estropear, habrá que ir a vendimiar rápido”, valora.

A Quel también han llegado las lluvias, pero sin piedra y no tan abundantes. Javier Arizcuren empezó la campaña este pasado sábado, dándose prisa con el tempranillo tinto, la maturana y el mazuelo ante las previsiones de tormentas. Apenas el tercio de su cosecha que ya descansa en bodega, fuera de peligro. “Afortunadamente, esquivamos las lluvias de este domingo, aunque todavía me quedan garnacha y graciano en el campo. Son variedades que aguantan mejor, aunque si el racimo viene cerrado, compacto, puede haber riesgo de botrytis que es lo que más preocupa a día de hoy. El escenario ha cambiado en la viña y ahora ya no se toman decisiones en busca del mejor momento para vendimiar, si no que se toman con el fin de evitar males mayores”. Desasosiego y dudas en una campaña que dará que hablar.

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