Agricultura

Precios en picado para una almendra menguada por la sequía

Los precios se mantienen a la baja para este fruto marcado por la sequía estival

Los paraguas ya se han abierto rodeando los almendros riojanos para comenzar la que ya apunta a ser una cosecha marcada por un menor rendimiento por hectárea. Un fruto pequeño y algunas cáscaras todavía sin abrir, todo ello motivado por la falta de lluvias durante los últimos meses y, especialmente, por el calor extremo que ha abrasado la tierra. Por no hablar de las heladas que se llevaron por delante parte de esas primera flores que salieron antes de tiempo, aunque afortunadamente abundan más las variedades tardías.

A pesar de estas inclemencias meteorológicas, la campaña en La Rioja no se ha resentido tanto como en otras partes de España ya que en la comunidad se ha incorporado el regadío en buena parte de las explotaciones. La recolección de almendra de esta campaña se considera alta en cuanto a producción, aunque el calor de julio y agosto pueda afectar al rendimiento, especialmente en la producción de secano debido al pequeño calibre de la pepita.

En la cooperativa La Galera, de Aldeanueva de Ebro, gozan de tener la mayor parte de sus árboles con sistemas de regadío, por lo que el estrés hídrico no ha hecho mella en ellos. Tampoco así los hielos de principio de temporada, así que aquí la producción se mantiene similar a la del año anterior tanto en cantidad (en 2022 se recogieron unos 500.000 kilos) como en calidad. “Sí que se notará en las pocas parcelas que tenemos de secano, a las cuales les costará más tiempo abrir y dejarán un peor rendimiento porque sufren más, aunque también implican menor gasto”, apunta Javier Sertucha, técnico en la oficina de ARAG-ASAJA de Aldenueva de Ebro.

Sin embargo, la mayor preocupación de los productores que acaban de meterse de lleno en la recolección viene ante unos mercados completamente paralizados. Los precios de la almendra, que hasta diciembre del año pasado sufrieron algún ligero estirón, han vuelto a experimentar una nueva bajada para caer hasta cifras récord. “En enero comenzaron a bajar y desde mayo, que es cuando se supone que tendría que estar todo parado, han caído en picado. Lo peor es que siguen bajando, porque en la última semana han caído unos 10 céntimos, por eso es muy difícil aventurarse a decir qué va a pasar a lo largo de la campaña. Es que ahora no está viniendo nadie a buscar almendra, no hay interés por comprar”.

Los técnicos de la SAT La Galera, que informan de las actualizaciones de las lonjas a sus socios continuamente, señalan que los precios han caído en todas las variedades, siendo la almendra ecológica la que mayor descenso experimenta en el último año: de ocho a cinco euros el kilo en pipa. Las comunes, por ejemplo, se mantienen ahora en los tres euros la pipa y apunta a que casi todas las variedades han bajado de los tres euros, rondando los 2,91 y 2,71 euros el kilo, cuando el año pasado rondaban los cuatro.

“La belona, que es una de las almendras referentes ha bajado hasta dos euros el kilo en pipa, mientras que la marcona y largueta, que son las de siempre, han bajado menos que el resto, en torno a un 10 o 15 por ciento, pero han descendido en cuestión de semanas. No sabemos hasta dónde llegarán a bajar, pero esperemos que esto haya tocado fondo porque sino estaremos rozando los límites de la rentabilidad”, confía Sertucha.

En este sentido, los precios están a nivel de 2020 y en el caso de la almendra común, estamos al mismo precio que la campaña 2010-2011, contando con lo que han subido los precios de los insumos, la rentabilidad de esta campaña no está asegurada.

Lo que está claro, añaden desde la SAT, “es que el quienes no vendieron el año pasado una vez concluida la cosecha y dejaron la almendra en depósito han perdido dinero, por no hablar de quienes la guardaron a expensas de que subieran los precios y continúan con ella en casa sin poder darle salida porque ahora vale muy poco”.

Esta caída de precios se justifica principalmente con la cantidad de almendra que tiene almacenada California, incluso de años anteriores gracias a sus buenas cosechas, y que ha estado exportando durante todo el verano a precios muy bajos, provocando a su vez que las partidoras españolas tengan dificultades en vender la almendra debido a la saturación del mercado.

“Se hablaba de que con los precios tan altos de la energía y el sobrecoste de los trayectos en barco el fruto iba a encarecerse y tampoco fue así. Creo que toca defender la calidad de nuestra almendra nacional frente a las importaciones para evitar que la situación empeore teniendo en cuenta que es considerada de mayor calidad que la californiana y muy buscada por los compradores, aunque eso no se traduzca en mejores precios”, sentencian desde La Galera.

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