Ropa blanca planchada, pañuelo perdido el año pasado comprado, zurracapote elaborado con más canela que en 2022, la panadera avisada de los panes que nos hacen falta cada día, tú te encargas de las chuletas, ¿ha avisado tu hermano al de las cervezas?, hay que coger las entradas de los toros, que no se te olvide apuntarnos al concurso de careta… Los móviles de los calagurritanos estos días están más calientes que la temperatura ambiente tras varios días de ola de calor.
Por Whatsapp, por Instagram, por Telegram… los mensajes van y vienen advirtiendo que algo pasa en la ciudad. Calahorra se ha ido transformando desde hace unos días en un lugar diferente al habitual. Esta vez no se ha esperado a última hora para poner los reposteros en la balconada municipal y la calle hace días que muestra en cada farola banderas de España y de La Rioja.
Las señales con prohibido aparcar van surgiendo como los champiñones en las calles principales. En el Raso hace unos días para montar el escenario que albergó el Play Back y la coronación de las Reinas de las fiestas, en la calle Gallarza a principios de semana para colocar ya el vallado del encierro, en el aparcamiento de la Era Alta para que se vaya instalando la feria.
Todo está ya preparado, a menos de 24 horas para que Mónica Arceiz diga eso de ‘Viva San Emeterio y San Celedonio’ y prenda junto a los Reyes de las fiestas el cohete, nada se está dando al azar. Los trabajos del Parque de Servicios Municial se han centrado estos últimos días en la colocación de loa maderos pero también tomas de luz, escenarios, revisar cuadrantes para tener listas las necesidades de cada peña… Son el motor de unas fiestas mientras el resto disfruta.
Así, este viernes, antes de que los calagurritanos quieran darse cuenta, Quintiliano ya tendrá el pañuelo puesto y las peñas reclamarán agua a los balcones de las calles Grande y Mártires. Uno de los momentos más especiales del año para los calagurritanos pero también de los más multitudinarios en la ciudad. Para evitar los robos de móviles de otros años, Policía Local ya ha hecho públicas sus recomendaciones.
Una vez que este viernes den las doce, por delante siete días cargados de actividades, degustaciones, bailes, comidas en cuadrilla, cenas con familia, más de un trago de zurracapote, más de una salida con la charanga y mas de un… todo. Por que las fiestas son días de exceso: exceso de comida, exceso de horas en la calle, exceso de todo menos de horas de sueño.
No faltará la música. A los conciertos municipales de Star Ways Band (día 25), Tributo a los Héroes (día 26), Maldita Nerea (día 27),Nueva Etapa (día 28) y Alaska on Tour (día 30) se juntan otras propuestas hechas por las peñas que inundarán la ciudad de djs, charangas y cualquier cosa que haga ruido (y si no que se lo pregunten a los Zo-Zongó.
Tampoco degustaciones. Ahí son las peñas las que más tienen que decir. A sus tradicionales repartos gastronómicos hay que añadir la multitud de concursos del buen cantar que se han puesto de moda en los últimos años. Que si paellas, que si careta, que si pochas, que si tortillas, ahora una macrobarbacoa, más tarde una zapatillas… Los profes de master chef se están frotando las manos con los calagurritanos.
Cada mañana los encierros serán uno de los primeros actos de la jornada. Además este año vienen con adelanto horario. Como en Canarias, serán una hora antes. La idea es que todos aquellos que trasnochen tengan menos rato de espera hasta echarse una cabezadita en la plaza y que a los que madrugan el encierro no les parta la mañana por la mitad.
Y como en casi ninguna fiesta del entorno, será en los dos últimos días cuando lleguen los actos más solemnes. Ofrenda floral y vísperas el día 30 (vuelven a su horario originario, por la tarde) y el día 31 procesión (aviso a los nuevos consejeros, alcaldes y demás, es larga (más de dos horas) y con cuestas; con zapato cómodo, mejor).
