Bajo el título ‘Veinte y tantos’, la exposición protagonizada por Félix Reyes y Rosa Castellot, cierra el circulo de 20 años de exposiciones en Santa Lucía de Ocón. Ellos fueron los que idearon e impulsaron el proyecto desde sus inicios en 2003, pero esta vez es la primera que participan como artistas invitados en esta convocatoria pionera en España del ‘Land Art’ y con proyección internacional. Su propuesta conjunta, titulada ‘Veinte y tantos’, podrá verse y disfrutarse en Santa Lucía de hasta el 31 de agosto.
La ‘dibujante’ (Rosa) y el ‘escultor’ (Reyes), ambos reconocidos con el galardón de las Artes y la Cultura de La Rioja, han presentado la muestra ‘Veinte y tantos’ en la que, a través de sus piezas, realizan un recorrido desde los alrededores de Santa Lucía de Ocón hasta las calles del mismo municipio. Rosa con veinte dibujos repartidos por el entorno del pueblo por donde ella suele pasear y Reyes un volumen de paja y madera titulado ‘Templo de la madre tierra’ dentro del cual se encuentra una escultura de madera que realizó a finales del siglo pasado.
‘Arte en la tierra’ es una de las más celebres y consolidadas actividades culturales de los veranos riojanos. Además de la originalidad de sus propuestas, el uso de materiales como la paja, la piedra y las ramas, hay una cosa que destaca y es la participación de todos los vecinos de Santa Lucía de Ocón, en especial de los agricultores, que ceden sus fincas de tal forma que los proyectos artísticos permanecen expuestos de forma efímera, una de las características de este tipo de exposiciones, entre cultivos de cereal, bosques, casas y caminos.
El ‘Land Art’, también conocido como ‘Arte en la Tierra’, es una corriente del Arte Contemporáneo en la que el paisaje y la obra de arte están estrechamente enlazados. Utiliza a la naturaleza como material (madera, tierra, piedras, arena, viento, rocas, fuego, agua, etc.) para intervenir en sí misma. La obra generada es a partir del lugar en el que se interviene, que algunas veces parece un cruce entre escultura y la arquitectura, en donde juega un papel cada vez más determinante en el espacio público contemporáneo.
Generalmente, las obras se mantienen en el exterior, expuestas a los cambios y a la erosión del entorno natural y, por ende, algunas han desaparecido, quedando de ellas sólo el registro fotográfico/fílmico. La corriente comenzó en octubre de 1968 con la exposición grupal Earthworks en la Dwan Gallery de Nueva York, Virginia Dwan, fundadora de la galería, fue la mecenas principal de la corriente durante los años 1960 y que patrocinó las monumentales esculturas de los pioneros Smithson o Heizer.
A Rosa y Reyes (Felo para los amigos) los conocí allá por el año 1976. Ella fue mi profesora de proyectos en la Escuela de Artes y Oficios, durante 4 años, cuando estudié Graduado en Artes Aplicadas en la especialidad de Decoración. Aunque era madrileña de nacimiento, ya llevaba unos cuantos años por esta tierra y ahora se siente riojana igual que su marido por los cuatros costados. Lo poco que sé de modelado y vaciado me lo enseñó Reyes. Por supuesto que él no tuvo la culpa de que yo no aprendiera más.
En primer curso dábamos relieves (bajos y altos), en segundo ‘la cabeza’ y en tercero la figura exenta, un día nos cogió a toda la clase y se puso delante de una pizarra a explicarnos como se comportaba el cuerpo humano en movimiento, que parece ser no teníamos ni idea y hacíamos unas esculturas un poco deformes. También me enseñó a hacer pátinas con un par de botes malos de pintura y un poco de polvo de armario.
Hace unos 30 años o quizás alguno más, tuve el honor de visitar su casa, y ya me pareció un lugar idílico, a través de estos años el pueblo ha cambiado a mejor y Rosa Castellot como ya he comentado, nos propone un recorrido por los lugares que transita habitualmente y que forman parte de su vida en Santa Lucía. Félix Reyes, por su parte, ha levantado un templo con pacas de paja, donde se aloja una escultura de madera y donde homenajea a la Madre Tierra.
La idea de esta exposición de `Arte en la Tierra´, surgió hace 20 años y ha conseguido primeramente unir a los habitantes del pueblo con los artistas, gracias a la colaboración que ha existido todos estos años, segundo, poner a Santa Lucia en el mapa y por ende el Valle de Ocón, y tercero subir el censo del pueblo.
Según comenta Rosa, “la idea arrancó con cinco amigos que decidieron apoyar la idea de Félix, pero no teníamos nada más, solo la idea de lograr una comunión del arte con el paisaje, con un paisaje que es agrícola y por eso lo que se haga en él, es efímero, solo queda en el recuerdo y por supuesto en el catálogo de cada edición. No se plantea el futuro del certamen, porque, en realidad, cada año pensamos que será el último, además, por nuestra edad, se nos hace un poco cuesta arriba, con lo que ahora esperamos que nos tomen el relevo”. Que así sea.
