La Rioja

Bares, qué lugares (para pasar el verano)

Los bares devuelven la vida a los pequeños municipios

Terraza del bar de Muro de Aguas

Son aliados contra la soledad en los pequeños pueblos en los que, sobre todo en invierno, es difícil encontrarse con alguien por la calle. Sirven de zona donde resguardarse del frío en invierno y donde refrescarse en verano. Las partidas de cartas, los cortos con los vecinos, un chato antes de ir a comer, una caña después de cenar a la fresca de la terraza… No es fácil conseguir que en municipios pequeños, y en La Rioja hay muchos, estos puedan subsistir sin el cariño que ponen los que los regentan y el impulso de los vecinos para mantenerlos.

Y es que, cada vez que un bar cierra, los representantes políticos municipales y el resto de los habitantes de estos pequeños muncipios tiemblan porque si los servicios sanitarios, la escuela o las comunicaciones son importantes, tanto o más lo es el bar del pueblo que se convierte en el centro social de los municipios más pequeños de La Rioja.

El café de la mañana para comentar las noticias del día anterior, el vino de mediodía en el que charlar sobre cómo van las las labores del campo o la cerveza por la noche donde echarse unas risas con los vecinos son el poco ocio que existe en muchos de nuestros pueblos donde las relaciones personales son más importantes que en ningún otro lugar del mundo.

Un estudio nacional asegura que más de 1.435 municipios en España no cuentan con bar. En La Rioja son poquitos los que, de una forma un otra, no disponen de un lugar en el que poder echarse un trago pero también socializar con el resto de los vecinos. Los municipios más pequeños cada vez lo tienen más complicado, pero, aún así, al menos en verano, cuando la población de los pueblos crece, son pocos los que no tienen un lugar en el que reunirse.

Almarza es uno de ellos. El municipio cuenta con un lugar para los vecinos pero es necesario que sean socios para poder entrar. La sociedad cultural se encarga del pequeño servicio pero ni turistas de la zona ni los que no participan en la sociedad pueden entrar si no es con un socio a la instalación.

En Villaverde se van a encontrar pronto con un problema similar. A partir del 17 de agosto se quedan sin servicio de bar. Están buscando gente para poder llevarlo. Pleno verano y el bar de la Tercera Edad de Villaverde de Rioja, el único del municipio, vuelve a quedarse sin alguien que lo gestione. No es novedad que esta situación se dé en la localidad. “Por cuestión de mala suerte, llevamos unos años donde la gente que entra a trabajar tiene que dejarlo por cuestiones personales”, explican desde la Junta de la Tercera Edad.

Llegan las fiestas y actividades en las que el pueblo “se llena de gente” y está siendo complicado encontrar a alguien que se haga con la gestión.

Los requisitos para hacerse cargo del bar son pocos pero importantes: don de gentes, responsabilidad, ser limpio, educado, que sea autónomo y, sobre todo, que tenga ganas. Así que, los vecinos hacen un llamamiento urgente para que el bar no cierre y así no se pierda su lugar de reunión y el alma del pueblo. “Para conocer las condiciones los interesados podrán ponerse en contacto con la asociación en los siguientes número de teléfono: 689 725 246 (Marisa) y 690 357 499 (Juanjo).

En Pedroso han tenido más suerte. “Ha sido anunciar que buscábamos a alguien para llevar el bar y recibir un montón de llamadas”, explica Silvia Novoa, concejal del municipio. Al final un joven del pueblo se va a hacer con la gestión. “Necesitábamos que fuese alguien de la zona porque no hay forma de encontrar una casa para que viva alguien que venga de fuera a llevarlo”. En unos días comenzará un joven que va a estudiar desde allí de forma online. “No lo hemos podido hacer antes porque primero había que sacarlo a licitación, una vez que quedó desierta estábamos con las manos libres para poder ofrecérselo a quien quisiese llevarlo”.

Están encantados de la vida porque también lo va a abrir en invierno. “Es cuando la gente más lo solicita porque supone tener un punto de reunión para los vecinos durante los meses más complicados del año”.

Pocos ejemplos más hay de municipios sin bar. Si no han encontrado a una persona que lo regente, los vecinos se apañan abriéndolo a turnos como en el caso de Santa Lucía de Ocón. La cuestión es no quedarse sin un lugar en el que los vecinos se reúnan casi a diario.

“Muchos municipios intentan sacar un beneficio del bar, cuando tener el bar abierto es el mayor beneficio que pueden tener”, asegura Inmaculada Sáenz, alcaldesa de Nieva de Cameros. El bar del municipio se licitó por un simbólico precio de un euro al año.

“Al final como sabían que les iba a ir bien decidieron pagar cien euros al mes, dan comidas, ofrecen servicio diario a los vecinos, todos tenemos el compromiso de pasar al menos una vez al día por allí para que sea un negocio rentable”, explica recordando que Teruel Existe, con representación nacional en la pasada legislatura, presentó una proposición legislativa para reconocer como entidades de la economía social a todos los establecimientos de hostelería que prestasen sus servicios en municipios de menos de 200 habitantes. “Que desaparezca el bar siempre es una mala noticia para los pueblos”.

En Muro de Aguas casi ni se lo creían cuando aparecieron Bea y Emi. El municipio se había quedado sin servicio de bar. “Llegaba el verano y estábamos sin nadie que lo quisiese llevar”, cuenta Jaime, su actual alcalde. Entonces aparecieron ellos. Vivían en Legazpi pero los padres de Bea habían comprado una casa hace más de 40 años en Muro de Aguas.

“Llevamos aquí viniendo en verano y cada puente más de treinta años, todo el mundo nos conoce y siempre nos había animado a montar un bar porque se nos da bien la cocina”, cuenta Emi que con la indemnización por cierre de la empresa donde trabajaba decidió darse la oportunidad.

De momento llevan mes y medio y las cosas no pueden ir mejor. “La gente está muy contenta y el pueblo en verano está lleno de gente, ahora hay que ver cómo pasamos el invierno”, se plantea. De momento sus dos hijos han venido a echarles una mano con el arreón veraniego. “Nosotros estamos durante el día y ellos se encargan más del momento de la noche”. También se encargan de limpiar la piscina municipal lo que les hace tener que madrugar en verano.

El bar se ha convertido en pocas semanas, como no podía ser de otra forma, en el centro social del municipio y en un punto de referencia para los ciclistas que pueblan estos días la zona. “Hace unos días pasaba por aquí una prueba ciclista con más de ochocientas personas y les dimos a muchos de ellos de comer porque en otros municipios les decían que no podían hacerlo”. Confía en que la zona es de mucha ruta ciclista también en invierno. La gente suele acercarse también a Muro de Aguas a por agua de su fuente, ahora el bar es un reclamo más para visitar este pequeño municipio de La Rioja Baja

Pero es que además el bar supone un lugar que siempre está abierto. “Por aquí pasan todos, el de Amazon a dejar un paquete, el cartero a preguntar dónde anda un vecino…” El bar del pueblo se convierte en el lugar mágico donde siempre hay alguien y el mejor reducto para demostrar que aún queda mucha vida en los pequeños municipios.

Subir