Poco a poco, las restricciones al consumo de agua van repartiéndose por la geografía riojana. La ausencia de precipitaciones lleva a los ayuntamientos a tener que adoptar, en muchos casos, medidas drásticas para garantizar que el líquido elemento no falte cuando realmente haga falta.
El último municipio en tomar cartas en el asunto ha sido Munilla, cuyo alcalde ha emitido un bando en el que prohíbe expresamente “el riego de huertos, el lavado de coches y todo lo que conlleve un gasto innecesario de agua”. Restricciones que se encuentran en vigor desde el lunes y hasta próximo aviso.
El alcalde, Claudio García, advierte de que “el caso omiso” de dichas medidas “acarrerará duras sanciones” y justifica su decisión en la situación “límite” que atraviesa el caudal del río Manzanares, del que se abastece el municipio.
