Nada que ver con el año pasado. El sector turístico de La Rioja se muestra “decepcionado” con las cifras de ocupación del inicio del verano. El mes de julio no ha estado a la altura de la expectativas ni en los hoteles riojanos ni en las casas rurales de la región. Se esperaba una mayor afluencia y ahora es el momento de valorar los posibles motivos por los que los turistas no han llegado a La Rioja de la forma que se esperaba.
Posiblemente sea una cuestión de expectativas. El año anterior fue bueno, e incluso el mes de junio también lo fue a tenor de la ocupación de los cámpines riojanos que se ha conocido este martes. “El año pasado tuvimos un verano muy bueno tanto en julio como en agosto y pensábamos que este año iba a ser similar”, explica Joaquín Sanz, presidente de Ascarioja, la Asociación de Casas Rurales de La Rioja.
Las cifras en los alojamientos rurales alcanzan el cincuenta por ciento de ocupación cuando el año pasado se rozó casi el setenta por ciento en el primer mes puramente veraniego. “Los datos que hay de ocupación en costa son impresionantes y eso ha lastrado los nuestros, la gente le ha quitado definitivamente el miedo a las masificaciones y volvemos al concepto precovid que supone puentes con mucha ocupación y veranos más flojitos”, explica.
“Hay que desterrar en el turista la idea de que La Rioja se puede ver en tres o cuatro días y ofrecerle la posibilidad de conocer a fondo la comunidad en una semana entera, ya que tenemos recursos para ello”, comenta.
Las previsiones para este mes de agosto son bastante mejores. “Los quince primeros días van a ser muy buenos, estamos ya rondando el 70-75 por ciento de ocupación, y la gente ya empieza a llamar para los últimos quince días que se prevén algo más flojos”.
En línea muy similar habla Demetrio Domínguez, el presidente de la Asociación Hotelera de La Rioja. “Las expectativas eran muy buenas. Ya bajaron algo con la convocatoria de elecciones, pero el fin de semana del Congreso de los Ministros de Interior complementó al puente de Santiago que ha sido muy malo”.
La solución pasa por “hacer una comunicación efectiva de cara al verano”, sostiene Domínguez. “La Rioja se ha quedado este año en un lugar de paso. Catalanes que van a Galicia y paran aquí o Asturianos que van al Levante. Lo que hay que hacer es cambiar esa mentalidad del turista y que La Rioja sea un lugar en el que la gente pueda pasar sus vacaciones, que no esperen a un puente para conocernos”.
Y es que asegura que los que llegan a La Rioja “tienen la posibilidad de en media hora estar en cualquier punto de la comunidad y tener atractivos suficientes para pasar una semana completa. Hay que empezar a trabajar en esa estrategia que es uno de los grandes retos del turismo de la región”.
FOTO: EFE/Raquel Manzanares.
En cuanto a las previsiones para agosto, Domínguez asegura que “es difícil hacerlas porque la gente espera a última hora, pero agosto debería ser un mes bueno para el turismo riojano”.
Después llegará otoño. “Quizás sea la mejor temporada para el turismo de la región porque hay varios puentes y todo el mundo sabe que La Rioja está preciosa en esa época”. A la espera de que lleguen esas ‘vacas gordas’ siguen lidiando con las ‘flacas’ que les ha traído un mes de julio “decepcionante”.
