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Labasi: una marca y un tributo

Ivet Flaño lanza su propia marca de pañuelos Labasi inspirada en su madre y su abuela

El tejido de la piel, según los expertos, es muy delicado. Siempre ha estado protegido por el pelo. Si este se cae, queda expuesto a las condiciones del tiempo. Por ello, más allá de servir como complemento, un pañuelo está confeccionado para ofrecer confort y seguridad. Más aún si por motivo de una enfermedad se convierte en una de las opciones a las que recurrir.

Ivet Flaño (Logroño, 1998), fundadora de Labasi, define su marca de complementos como “cercana” y “personal”. Después de superar un cáncer y, tras finalizar sus estudios en Bellas Artes, decidió unir este aspecto que tanto le había marcado con aquello que más le gustaba: el diseño. Su Trabajo de Fin de Grado (Diseño Gráfico), junto con un manual de identidad corporativa, le permitió crear lo que, a día de hoy, es su marca. Trabajar en una tienda de ropa también le sirve como inspiración y aprendizaje diario para llevarla a cabo.

Ivet Flaño del Río, fundadora de Labasi

“En el TFG vi la oportunidad perfecta para crear mi marca desde cero con todo el material corporativo que supone”, confiesa la joven, asegurando que “no quería que se quedase en algo digital, quería llevarlo más a cabo”. Por ello, mucho antes de que Labasi viese la luz, fue para este trabajo cuando la fundadora sacó sus primeros pañuelos que ya contaban con el packaging incluido.

Y tan personal es Labasi que, en homenaje a su abuela Basilia, la marca lleva por bandera la abreviación de su nombre. También ese ‘la’ como un pequeño guiño al lenguaje rústico y popular. “Mi abuela es uno de mis pilares fundamentales”, reconoce. El que haya sido modista es una de las razones por las que su nieta y aprendiz ha ligado siempre el mundo de la costura a ella.

“Siento que le estoy haciendo un regalo y es un motivo para pasar más tiempo a su lado”, señala Ivet. Como referente e imagen de marca, los valores de Labasi y estampado de sus productos reflejan al cien por cien la personalidad de Basilia: “Una mujer torbellino, arrolladora y que arrasa por donde pasa”.

Pero, además de su abuela, la joven emprendedora asegura que sin la ayuda de su madre Labasi tampoco podría salir adelante. “Ella es la que lleva la producción y cose los productos, que son artesanales”. En cambio, hablar con proveedores y el peso que suponen las redes sociales y el diseño de las ilustraciones recae sobre la propia fundadora.

Ahora que la marca ha sido registrada, un proceso “arriesgado” y que conlleva mucho trabajo detrás, Ivet se ha animado a sacar nuevas colecciones. Seguir adelante con el proyecto es un “no parar” para su mente, que siempre está en continuo movimiento y a la espera de nuevas ideas. Sin embargo, al compaginarlo con trabajo y estudios, no le ha dedicado este último año todo el tiempo que le hubiera gustado.

La fundadora de Labasi también destaca el uso de la publicidad, un aspecto a tener en cuenta para visibilizar la marca. “En Logroño hay que tirar mucho del boca a boca”. Y eso sus amigas lo saben muy bien: “Son como mis pequeñas influencers. Que alguna de ellas lo suba a Instagram, depende de los seguidores que tenga, hace que llegue a más gente”.

El tener a su abuela como imagen de marca es otro punto a su favor para ampliar el target y que no quede excluido a un público joven. Ivet apunta que “para cada edad y cada estilo un pañuelo se puede llevar de mil maneras”. Por el momento, Instagram es la red social a través de la cual se pueden ver los productos y ponerse en contacto con la fundadora para realizar su compra. Los precios varían del producto que se quiera comprar y su tamaño. También, desde Labasai se han hecho sorteos y eventos con la gente más cercana para presentar las colecciones.

Si algo caracteriza a los productos de cada una de ellas es la historia que tienen detrás. “Para su confección me ha servido como guía concretar una temática y hacer una investigación sobre ella”. Así nacen Portugal, Kenia, México y Japón, unos complementos que representan el arte popular de cada país. También lo hacen mariposa, cebra, leopardo y cocodrilo, una temática en la que se deja ver el animal print, sin duda, una tendencia que nunca pasa de moda.

Pese a que el pañuelo, por su funcionalidad, sea el producto más vendido, Labasi ya cuenta con pareos y toallas. Para la fundadora es importante “tener en cuenta la opinión de la gente”. Así, en la mente de Ivet está presente sacar productos unisex, muy demandados por el público masculino. De cara a otoño-invierno, con tonos afines a la estación, Flaño tiene pensado sacar a la luz nuevos pañuelos. Eso sí, siempre con ese toque de color que tanto caracteriza a la marca.

Hasta la fecha, la joven se siente satisfecha con Labasi y describe el ver a personas por la calle ajenas a su entorno con uno de sus productos como uno de los momentos más significativos. Pese a mucha “prueba y error”, y ese miedo constante de que alguna tela pueda llegar defectuosa, la emprendedora asegura que solo ha recibido muestras de cariño por parte de sus seres queridos.

Además de aprovechar la oportunidad, Flaño siempre tiene presente lo que le llevó a adentrarse de pleno en este proyecto: “Me voy a sentir contenta si le hago sentir a gusto a alguien con uno de mis pañuelos, independientemente de la etapa de su vida en la que se encuentre”.

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