Agricultura

La pera del Iregua se juega su cosecha: “Seguimos dependiendo de la lluvia”

La pera conferencia bajo el sello de la Denominación de Origen Protegida apura sus últimas semanas antes de una recolección que todavía tiene las cifras en el aire. Lo que es muy probable es que este año el inicio de cosecha puede adelantarse varios días respecto a la campaña anterior, que dio comienzo un 23 de agosto.

“Los calores de abril vinieron justo después del cuajado y eso agilizó el ciclo vegetativo. Los árboles movieron muy bien y tampoco ha hecho frío como para frenar su desarrollo, aunque también es posible que se igualen los tiempos en julio y agosto”, señala Adolfo Nájera desde la SAT Valle de Rincón. La fruta que se ha recogido hasta el momento, como el melocotón o la cereza, sí ha venido con una semana de adelanto, pero para la pera todo podría cambiar.

Lo que tienen claro las gentes del campo es que “este es un año de fruta”, un año en el que el género trae buena calidad. Y es que las lluvias que han regado los frutales ha venido de maravilla. “Ha sido un agua que ha limpiado los árboles y, además, las tormentas de junio no golpearon con mucha fuerza en zonas de frutales como sí hicieron sobre las viñas, por ejemplo”, apunta Sixto Cabezón, director general del Consejo Regulador de la Denominación.

Las previsiones de cosecha son positivas en términos generales, mientras que en las fincas del Valle del Iregua las perspectivas son todavía inciertas. Antes de junio, y con una sequía abrumadora, cifraban en el 80 0 90 por ciento la pérdida de cosecha en esta zona (en torno al 40 por ciento de la producción total de la denominación). Sin embargo, las últimas lluvias han aliviado la sed de los frutales asegurando así los riegos necesarios para sacar adelante las explotaciones. “A día de hoy la cosa está bien en la mayoría de parcelas porque no ha faltado el agua, a excepción de lagunas zonas con suelos arenosos que sí tienen menos piezas de fruta porque el árbol sufrió mucho antes, pero es que queda lo peor del ciclo y solo quedan dos riegos cuando lo normal sería contar todavía con cuatro”, incide Cabezón.

La cosecha 2023 en los perales del Valle del Iregua se juegan su futuro, por tanto, en las próximas semanas. De mantenerse las temperaturas máximas en torno a los 30 grados y contar con precipitaciones abundantes, la zona puede salir a flote y recoger parte de la cosecha. Pero si llegan las olas de calor, la situación será irremediable. “Aquí seguimos dependiendo de las tormentas y necesitarían de unos 40 o 50 litros mínimo para acabar bien el ciclo, así que los agricultores ven la orilla a lo lejos pero aún no saben si van a llegar”.

“Un escenario meteorológico que determinará pasar de perder el diez por ciento o llegar hasta el 70 por ciento de la pera conferencia del Valle del Iregua porque hay ya parte perdida sí o sí. Esto vendría a significar pasar de perder el cinco o diez por ciento de la producción total de la DOP al 25 o 28 por ciento. Es decir, estamos entre salvar muy bien la campaña o perder gran parte de la producción porque está todo por venir en estos dos meses”, sentencia.

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