La Rioja

Uno para cada cien: la seguridad de Holika, como un reloj

Uno para cada cien. Si estos días a Holika han llegado en torno a 80.000 chavales de diferentes lugares de la geografía española, son casi 800 los efectivos que se encargan de mantener la seguridad en todo el entorno del festival en un macrooperativo que aúna diferentes unidades de la Guardia Civil y Policía Local. Se trata del festival más importante de la zona norte de España y se nota en la seguridad.

No es fácil la coordinación. Pero se consigue a la perfección. El caos que puede parecer Holika está controlado milimétricamente por ellos. Los colorines de las vestimentas de ellas y ellos choca con los uniformes (negros, verdes y azules) de los agentes que, aunque no pasan desapercibidos, trabajan con la mayor de las discreciones. Llegar a Calahorra estos días es pasar sí o sí por alguno de los controles que hay en las diferentes entradas de la ciudad.

El entorno del Convento del Carmen es la zona desde la que se coordina el trabajo de los agentes y desde allí todo se revisa a través del aire. La unidad de drones sobrevuela el cielo calagurritano en todo momento. Nada pasa en ocho kilómetros a la redonda sin que ellos se enteren.

Unidades de seguridad ciudadana y tráfico, policía judicial, servicio de información, agentes especializados en antiterrorismo y explosivos, agrupación de reserva y seguridad, servicio cinológico con perros detectores de drogas, Seprona, unidad de drones y antidrones y una oficina móvil de atención al ciudadano y denuncias. El Instituto Armado ha desplegado todos los medios materiales y humanos para que el festival se desarrolle con total normalidad. Acompañados por policía local prestan servicio y sobretodo protegen a los chavales durante estos días.

Pero el trabajo no comenzó con la llegada de los ‘holikers’ el miércoles. “Llevamos semanas trabajando desde el servicio de información para saber con qué nos vamos a encontrar”, explica Miguel Ángel Sáez, responsable de la Oficina Periférica de Comunicación en La Rioja.

Además, los controles en las entradas son importantes. Vigilancia y, en caso de duda, cacheo e identificación. “De momento, todo está dentro de la normalidad de este tipo de eventos, hemos intervenido en algún hurto, en alguna tenencia de drogas y en alguna pelea”. Nada que no suceda en un día normal de fiesta cualquier municipio de la región. Son muchos los identificados, el año pasado

En la primera jornada, un único detenido. Un menor que conducía el coche de su hermana. Poco más. La presencia de los agentes por sí misma ya hace que se eviten muchos problemas. En el caso de surgir, intervienen.

Los chavales vienen a disfrutar y no están generando demasiados problemas. La mayoría, muy jóvenes, atienden a la primera a los requerimientos de los agentes e incluso alguno reconoce al portavoz de la Guardia Civil a su paso. “Yo era un poco cabeza rota, Después de una de sus charlas en el instituto estoy estudiando para ser agente de la Guardia Civil”, le cuenta uno de los chavales que acaba de entrar en el recinto. El trabajo de años en la región da resultados. El trabajo de meses de los agentes está dándolos, de momento, en el festival.

Subir