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La factura industrial ralentiza su escalada en La Rioja

El índice de precios industriales (IPRI) alcanzaron en La Rioja un 2,5 por ciento interanual el pasado mes de mayo, dos décimas menos que en abril; mientras que la variación mensual fue de un -0,2 por ciento y de un -1,9 por ciento la correspondiente a los cinco primeros meses del año.

Según los datos publicados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en tasa interanual, el precio de la energía fue de un -15,6 por ciento en la comunidad riojana; y de un 6,4 por ciento en los bienes de consumo no duradero. La variación mensual fue de un -3,1 por ciento en el sector energético, de un 0,8 por ciento en el de los bienes de consumo no duradero y no varió en los bienes de equipo.

En el ámbito nacional, el IPRI cayó en mayo el 6,9 por ciento interanual, como consecuencia fundamentalmente del abaratamiento de la energía, lo que supone el mayor descenso desde mayo de 2020 y el tercer mes consecutivo a la baja.
De esta forma, los precios industriales han agudizado su caída respecto al descenso del 4,5 % registrado en abril y a la contracción del 1,4 por ciento de marzo.

Sin contar con la energía, los precios industriales crecieron el 2,9 por ciento, 1,2 puntos menos que el mes anterior, lo que supone una brecha de casi diez puntos respecto al IPRI general.

Por destino económico de los bienes, el sectores industrial con mayor influencia negativa en la evolución de la tasa anual del IPRI general fue el de la energía, que se contrajo un 24,9 por ciento por el descenso de los precios del refino de petróleo un 33,7 por ciento. Dentro del sector energético también influyó la bajada de precio del 21,7 por ciento del suministro electricidad y gas.

Asimismo, tiró a la baja de los precios industriales el sector de bienes intermedios, con una contracción del 4 por ciento, debido al menor incremento de los precios de la fabricación de productos básicos de hierro, acero y ferroaleaciones, y al abaratamiento de la fabricación de productos químicos básicos, compuestos nitrogenados, fertilizantes, plásticos y caucho sintético.

En menor medida incluyó el sector de bienes de consumo no duradero, por la menor subida de los precios de fabricación de productos lácteos. En la industria de la alimentación los precios subieron un 10,6 por ciento y en la fabricación de bebidas, un 11,8 por ciento.

El único sector con influencia al alza fue el de bienes de equipo, con una subida del 3,6 por ciento, consecuencia del alza de los precios de la fabricación de vehículos de motor.

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