Tras la tormenta… es el turno del barro. Lo saben los vecinos de Huércanos, zona cera de la histórica tormenta que ha afectado a parte de La Rioja Occidental el pasado miércoles 21 de junio. El barro se ha adherido a las paredes de las bajeras de esta localidad riojana. El suelo patina por la presencia del fango. Las clases se han tenido que cancelar dos días antes del final de curso porque la riada se llevó por delante la planta baja de este CRA. Huércanos es una pista de barro, una vez que el agua se ha retirado de sus calles.
La impotencia y el cansancio se acumulan, y eso que la Brigada de Refuerzo de Medioambiente trabaja en la localidad desde primera hora. Las mangueras vecinales se cruzan con el equipamiento más pesado de estos profesionales que se afanan en solventar los problemas más urgentes para ir poco a poco prestando ayuda a todos los vecinos afectados por el tormentón que rompió en dos ocasiones el cielo riojano durante el pasado miércoles.
El barro se ha colado en el interior de este vehículo.
Huércanos es la zona cero del problema, su centro está cubierto por una densa lengua de barro, y los vecinos, a brazo torcizo luchan para recuperar lo antes posible la normalidad. “Esto es una locura, si hace nada que nos habían adecuado los baños del colegio”. La cara de preocupación de la maestra evidencia la magnitud del problema que se está viviendo. “Nos da pena porque era el final de curso y teníamos un montón actividades programadas”.
A la vuelta de la esquina del centro educativo la magnitud del problema golpea de frente. Los vecinos y la unidad de intervención trabajan mano a mano para achicar agua de los bajos, que corre sucia por las calles, sobre las que se emplean a fondo los vecinos para limpiar sus enseres e ir retirando el barro que se va acumulando sobre sus cuerpos.
