La Rioja

Once horas de cola para elegir instrumento musical en Logroño

Hasta once horas de cola para elegir instrumento en la Escuela Municipal de Logroño

Cuenta el refrán que quien espera, desespera. Una suerte de maleficio narrativo que sufren en sus carnes la quincena de personas que, antes de que el reloj marque las doce del mediodía, llevan ya varias horas asentadas en la calle San Agustín con un objetivo irrenunciable: conseguir que sus hijos, nietos o sobrinos aprendan a tocar el instrumento que desean en la Escuela Municipal de Música de Logroño.

La de este martes es una jornada marcada en rojo para decenas de familias cuyos peques se adentran en el mundo de la música en la Escuela Municipal. A las cinco de la tarde se abre el plazo para obtener -presencialmente- una cita con la que al día siguiente se les atenderá para elegir alguno de los instrumentos disponibles en cada clase.

Once horas antes de que se habilite en La Gota de Leche la ventanilla que debe dispensar esas citas, el primero de los aspirantes ya aguarda pacientemente su turno en el exterior. “Mi hija ha venido a las 5:45 horas a iniciar la fila para que luego le diera tiempo a irse a trabajar, cuando yo la he relevado”, explica a NueveCuatroUno Manuel, abuelo de un futuro músico que sueña con tocar la guitarra eléctrica el próximo curso. “Los barrenderos nos ponían caras al vernos aquí de noche”, señala, parapetado con su sillita de playa junto al muro de la calle, resguardado de un sol que ya pica.

Ese madrugón ¿responde a un exceso de prudencia o a una ágil estrategia para evitar disgustos? Según explica, es más bien lo segundo, porque “ya llevamos dos o tres años haciendo lo mismo; si vienes directamente a las cinco te quedas sin instrumento”.

Tras Manuel va tomando su sitio una legión de abuelos, tíos, padres y amigos de las potenciales estrellas de la música, que se resignan a guardar cola en plena era digital: “No tiene ningún sentido que se organice así”. “El problema es que abren a las nueve de la mañana y no solucionan el asunto; podrían darnos un número para que pudiéramos marcharnos a hacer nuestra vida hasta las cinco de la tarde, porque yo he tenido que cambiar el turno en el trabajo para poder guardar la fila”, explica una de las aspirantes.

“El turno es sagrado”

Mientras el reloj avanza con su parsimonia, la fila mata el tiempo como buenamente puede: “Vemos series, charlamos mucho, leemos o nos damos una escapada a por un preñao y un café”. Una situación, esta última, que plantea la amenaza de perder la vez. Pero Jacinto, abuelo de una futura pianista -si es que queda algún instrumento al alcance de la mano- subraya la única ley que rige la fila: “El turno es sagrado, somos gente civilizada”.

Otra de las normas impuestas por la organización es que ninguna persona puede acaparar más de un número para elegir instrumento en la Escuela Municipal, por lo que todo aquel que tenga dos o más alumnos inscritos debe multiplicar la logística esta semana de cara al curso que viene.

“Yo he llegado a las once y estoy la número 17, estoy muy sorprendida”, lamenta una de las madres que han tenido que hacer malabares en el trabajo para liberar la agenda esta semana porque “mañana hay que volver a formalizar la elección”. “Deberían hacer como en Logroño Deporte, que la gente se inscribe por internet y funciona a las mil maravillas”, plantea otra de las personas que guarda fila con la llegada de las cinco de la tarde como principal fantasía.

Así pues, si pasan este martes por la calle San Agustín sepan que la ‘sentada’ a refugio del sol tiene un propósito más que noble, hacer realidad los deseos musicales del pequeño de sus casas. Lo que no se haga por un hijo, un nieto o un sobrino…

Desde la Escuela Municipal de Música aclaran que “nadie se va a quedar sin plaza” y que este sistema presencial se lleva a cabo en todos los centros de este tipo del país, además de lo que se pretende con el reparto de números de este martes es “agilizar el proceso” para los 60 alumnos que el próximo curso deben elegir instrumento.

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