El fundador de la editorial riojana Pepitas de Calabaza, Julián Lacalle, reconocido este sábado con la insignia de San Bernabé que concede el Ayuntamiento de Logroño, ha deseado a los lectores que ojalá disfruten de la lectura de sus libros tanto como su equipo ha disfrutado haciéndolos.
Lacalle ha recogido la insignia de San Bernabé, patrón de Logroño, de manos de su alcalde en funciones, Pablo Hermoso de Mendoza, durante el acto de entrega de estos reconocimientos celebrado en el marco de estas fiestas patronales.
“A principios de los años 90, me di una vuelta por el mundo y me percaté de que mi lugar estaba en Logroño, con mis seres queridos”, por lo que se marcó “un reto importante, que fue disfrutar de lo que íbamos a crear y hacer una editorial”, ha relatado en su intervención.
Esta distinción, ha proseguido, no es personal, sino que se extiende a aquellos con los que comparto el día a día, a mi familia, pareja y al equipo de Pepitas de Calabaza, que cumple 25 años de existencia, así como a los colaboradores que tiene repartidos por todo el mundo.
“Gracias, de corazón, a mis queridos vecinos, a la gente con la que trabajo, que es muy importante, y a las personas que prestan atención a nuestro trabajo; siempre he pensado que la calve de un editor es ser invisible, así que me vuelvo a mi tarea”, ha precisado.
La semblanza del editor la ha realizado el escritor José Ignacio Foronda, quien ha resaltado en su presentación previa que “hacer libros es el carácter y destino de Lacalle, vivir aquí, una feliz decisión”, que ha llevado a que, gracias a Pepitas, “en el momento en el que ardían las calles de París, el primer ensayo sobre este conflicto publicado en español se editaba en Logroño”.
“En el momento en el que Cataluña se independizaba, el primer ensayo sensato acerca de esta crisis se publicaba en Logroño, y, en el momento en el que la sociedad española se empobrecía, los libros de Pepitas hablaban de la abolición del trabajo y de esa religión llamada economía”, ha señalado como aportaciones de esta editorial.
Ha indicado que “Lacalle miraba al horizonte, pero plantó semillas de cercanía” al editar a autores riojanos como Rafael Azcona, Simón Elías y Elvira Valgañón, así como al abrir la librería Semilla Negra en el centro de la capital riojana.
“Lacalle siempre ha sabido que el negocio está en Madrid y en Barcelona, pero apostó por que sus libros se hagan aquí, y hay que agradecerle la labor que ha hecho”, ha incidido.
