La Rioja

Una especie protegida que inunda La Rioja: los castores llegan al río Jubera

La cuenca del Jubera cuenta con un nuevo atractivo turístico para sus visitantes, que desde hace escasas semanas se acercan a la orilla de este río para comprobar con sus propios ojos que este entorno cuenta con nuevos inquilinos. Árboles derribados, ramas sobre el agua y presas perfectamente construidas. Los autores, los castores que han subido aguas arriba desde el Ebro para continuar con su afán de colonizar más territorio riojano.

Y es que estos mamíferos ocupan ya las orillas de los siete ríos riojanos (Oja, Najerilla, Iregua, Leza, Jubera, Cidacos y Alhama), aprovechando los terrenos franco limosos que facilitan la creación de madrigueras.

«Nunca hemos visto castores en esta zona y ya lo hemos puesto en conocimiento de la Dirección General de Calidad Ambiental y Recursos Hídricos por si hubiera que tomar alguna medida, aunque por el momento no se han detectado daños en cultivos particulares», asegura Óscar Fernández, alcalde de Santa Engracia del Jubera. En cualquier caso, el riesgo es evidente y existe preocupación entre los propietarios de fincas aledañas al cauce, que ya han protegido sus frutales ante posibles desperfectos «porque estos animales te tumban cualquier tronco».

En este término municipal se han localizado unas tres presas distribuidas a diferente alturas del cauce entre las localidades de Jubera y Ventas Blancas, como son las zonas de los palomares y la corte, aunque también se han encontrado castores en el río Leza, en la zona de la nueva variante construida en Murillo.

El director general de Biodiversidad del Gobierno regional, José Luis Rubio, asegura que es una especie muy bien adaptada al entorno riojano, al igual que al navarro y aragonés: «Hicieron una suelta en la zona del río Ebro en el 2005 y desde entonces la población ha ido creciendo, aunque no tenemos un censo concreto ni aproximado sobre el número de ejemplares que hay. El castor ha ido asentándose en las zonas de acequias y llegando también a las cabeceras de comarca de La Rioja, como es en el caso del Cidacos con castores incluso en Enciso que han pasado también a tierras de Soria».

Ante una especie protegida declarada en 2019 las actuaciones vigentes son limitadas, por lo que las administraciones competentes se limitan a realizar traslocaciones de estos animales desde las zonas donde se pueden ocasionar perjuicios en frutales o inundar fincas hasta el río Ebro. Allí se ubican en zonas de soto y meandros más adecuados para su desarrollo.

«Tenemos un plan de actuación para trasladar a los castores a zonas más acordes y también para proteger los árboles, tanto agrícolas como chopos, porque ya empiezan a verse daños en las orillas de los ríos. Cuando se trata de cultivos, que ya se han registrado daños, el particular hace una reclamación patrimonial como en cualquier otro caso y se le indemniza. En el caso del patrimonio natural público, estamos colocando protectores alrededor de los troncos con una manta de fibra y una malla metálica cáctus que impide el avance del castor», explica Rubio.

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