La Rioja

Alcaste-Las Fuentes: “La tutoría personal es clave en la atención a cada alumno”

Inmersos en una época de grandes cambios, la educación se antoja imprescindible para hacer frente a los grandes retos del futuro. Y eso arranca desde la unidad familiar, pero también, y en gran medida, desde los colegios. “El alumno no es solo una persona que está dentro de un aula, sino una unidad de conocimiento, voluntad, afectos, ilusiones y relaciones, y un centro educativo debe llegar a todos esos ámbitos en profundidad”.

De eso trata precisamente el proyecto que el colegio Alcaste – Las Fuentes lleva a cabo desde que nació. “Un proyecto que toca la raíz de lo que somos y de lo que queremos ser”. Así lo explican desde la dirección. Para ello, es fundamental trabajar en una educación personalizada, una educación centrada en la familia y en el alumno como persona.

Una de las señas de identidad del colegio es el trato personal a cada uno y a su familia y por esta razón tiene destinadas horas específicas para esta labor. Este modo concreto de entender al alumno y a sus padres es esencial en el modelo educativo, ya que es el paraguas bajo el que se unen todas las dimensiones personales y educativas de cada uno de los alumnos.

Foto: Fernando Díaz

“Los estudiantes están con nosotros desde que tienen 0 años hasta que se van con 18, y en ese proceso, Alcaste – Las Fuentes no solo aporta una formación meramente académica, sino que estamos con ellos acompañándoles en todas las facetas de su vida: social, personal, familiar, ética, profesional…”. En definitiva, una labor para que cada alumno consiga alcanzar su mejor versión.

De esta forma es como se establecen unos lazos singulares entre la familia, el colegio y los alumnos. La atención a los estudiantes se extiende al ámbito familiar, porque el centro considera que la forma más eficaz de atender a un alumno es que el binomio familia-colegio se haga sin fisuras, en un ambiente de colaboración y mejora, marcándose objetivos periódicos. El alumno se siente así acompañado, animado y ayudado, algo clave para la mejora personal y académica. “Se dan cuenta de que estamos ahí, independientemente de sus notas. Es algo más profundo, más personal, más suyo”.

Aprender y ser

Todo este trabajo se lleva a cabo en el aula, pero también en las tutorías personales. Desde Primer Ciclo de Infantil, los tutores personales (dirección del centro) hablan con los padres para conocer el proyecto educativo que tienen para su hijo, y ya en las siguientes etapas educativas se habla con los padres y con los alumnos. El tutor o la tutora personal tiene asignadas una horas de dedicación para hablar con una periodicidad mensual o quincenal con los estudiantes y con los padres.

Foto: Fernando Díaz

“En esas charlas es donde nuestros estudiantes cuentan cómo están, qué quieren, se marcan los objetivos, se les dan consejos, se les escucha… Ese tiempo está metido dentro de la estructura del colegio”. Los tutores van variando cada tres años, siempre teniendo en cuenta que haya un ambiente de confianza y en beneficio del alumno. “Cuando los jóvenes ven que la persona que tienen delante se preocupa por ellos, les ayuda, anima, pregunta… Eso es lo que les da seguridad para que se abran”. Eso sí, desde la dirección del centro destacan que “nosotros les ayudamos, pero al final son ellos los que ven la necesidad de marcarse una meta, de ir por un camino o por otro. La finalidad es que consigan mucha autonomía, sean libres y decidan por ellos mismos”.

Porque uno de los objetivos fundamentales de Alcaste – Las Fuentes no es solo que sus alumnos aprendan, sino que sean, y para ello el centro trabaja para que consigan una voluntad fuerte, capacidad resiliente y de forma específica la gestión emocional. “Desde los más pequeños hasta los jóvenes necesitan saber reconocer sus emociones para facilitarles así una mentalidad de compromiso social. De esta forma aprenderán a ser responsables en cada situación que les toque vivir y con la gente con las que le toque vivirlas”.

Mirando al futuro

Además, conforme se van acercando al final de su etapa en el colegio, el centro complementa las tutorías con actividades específicas encaminadas a la orientación profesional. “En Secundaria, por ejemplo, además de conferencias, vamos hablando con ellos para guiarles hacia su propio futuro explicándoles los diferentes grados que pueden cursar en la universidad”.

Foto: Fernando Díaz

Ya en Bachillerato, los alumnos tienen la fortuna de participar en varios programas que les permite pasar un día en la Universidad con un estudiante para que conozcan el día a día y se acerquen más si cabe a la carrera que quieren cursar. Una iniciativa que se extiende con la posibilidad de pasar otra jornada con un profesional que trabaje en el campo en el que ellos estén más interesados. “Es una manera increíble de que vivan desde dentro una profesión para así darles más capacidad de elección. Que sean más críticos y acierten en su elección de futuro”.

La opinión de las familias

Cuando a Laura Santos, madre de dos actuales alumnas, se le pregunta qué tiene de diferente la educación personalizada de Alcaste-Las Fuentes, no duda en destacar que 
uno de los aspectos más importantes es la tutoría personal, que aúna el trato con el alumno y con las familias. Es un triángulo (tutor-familia-alumno) con relaciones en todos los sentidos. Habitualmente, lo que en otros centros escolares se conoce como tutoría se refiere a las reuniones, más o menos periódicas, de las familias con el profesor de clase para explicar temas relacionados con el curso. No hay reuniones de los alumnos con el tutor.

– ¿Cuáles son las ventajas de la tutoría?


– La primera de ellas es la periodicidad: el tutor habla con cada alumno al menos una vez al trimestre y tantas veces como se necesite. Paralelamente convoca a cada familia a otra tutoría. En ellas se abordan no solamente temas académicos, sino otros aspectos de la formación de cada alumno para potenciar su bienestar y promover su mejor versión.

Otra ventaja es la continuidad: con el paso de los años y manteniendo el tutor personal, éste va conociendo cada vez más al alumno y por tanto, a su familia. De esta forma, se adquiere una relación de confianza. También destacaría que las tutorías en Alcaste-Las Fuentes son un puente de comunicación: hay etapas en las que, a veces, es complicado que el alumno escuche o haga caso a los consejos de sus padres.

La familia puede apoyarse en el tutor personal para abordar algunos temas difíciles de tratar en casa. Quiero recalcar que estas tutorías no van destinadas sólo a aquellos niños que necesitan un refuerzo en algún tema, va dirigida a todos porque, incluso los que tienen buenas notas o se portan bien, también tienen una oportunidad de mejora.

– ¿Cómo beneficia la tutoría en cada etapa?


Dada la experiencia profesional del trato a lo largo de los años con alumnos y familias, el tutor personal aporta una perspectiva que los padres, en ocasiones, desconocemos. Debemos estar informados de aquellos cambios que van a producirse en nuestros hijos y sin duda, las aportaciones del tutor personal son muy importantes. Algunos serán evidentes, como el aspecto físico, pero otros no tantos, como los que afectan al comportamiento o a los roles que adoptan en determinadas edades, o a aspectos que a veces cuesta abordar como el uso que hacen las redes sociales o la tecnología, entre otros.

Conchita García, madre de dos antiguos alumnos y una alumna, subraya que en Alcaste – Las Fuentes se centran en ajustar el aprendizaje de cada alumno reforzando sus fortalezas y descubriendo sus necesidades. En la tutoría detectan los intereses de cada uno incentivando que en el aprendizaje muestre lo que sabe y aprenda mejor.

– ¿Qué ha significado ese acompañamiento para sus hijos?

– 
Ha sido de gran ayuda ya que refuerza los objetivos que queremos conseguir con nuestros hijos. Los objetivos son a veces académicos como corresponde a la enseñanza, pero también hay objetivos de conducta o de educación que es importante transmitir de modo coherente. Y desde la tutoría actúan de modo sinérgico consiguiendo lo mejor de cada alumno, ya que normalmente el tutor es una persona de referencia para ellos.

– ¿Ese acompañamiento se adapta a las características de cada alumno?


Este caso es único ya que la atención es cien por cien personal. Mis dos hijos y mi hija han sido acompañados de acuerdo al momento personal de desarrollo que han ido viviendo y al carácter. Le han dado a cada uno un seguimiento propio que ha sido determinante en su formación académica, humana y cristiana.

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