Pocos lo recordarán. Pero a ellos jamás se les ha ido de la cabeza. Porque La Chispa Adecuada, de la calle Saturnino Ulargui, comenzó siendo un bar. El asunto, de origen, iba de tirar buenas cervezas, poner buenos vinos, enganchar a la gente con una gilda y, a partir de ahí, un vermucito rico y algo de picoteo, porque su propuesta era tan interesante como ahora pero quizás un poco más informal.
Jorge y Óscar comenzaron teniendo un bar y ahora regentan uno de los restaurantes más interesantes de Logroño. La cocina sigue siendo tan rica como al principio, pero los propios clientes han cambiado lo que era un bar en un restaurante a pesar de que este espacio no ha ampliado sus metros cuadrados… hasta ahora.
Porque La Chispa Adecuada multiplica su espacio, para seguir siendo un restaurante y para recuperar esa barra para los clientes que quieren picar algo sin la necesidad de usar un mantel. Jorge García y Óscar Torres van a recuperar su bar y van a tener también un restaurante. Y todo ello sin la necesidad de hacer una mudanza, sin trasladarse. Crecen en horizontal, una vez que han logrado alquilar el local contiguo a su espacio habitual.
A partir de noviembre este espacio volverá a ser un bar, y el restaurante ocupará un nuevo espacio contiguo.
“Estamos contentos porque por fin vamos a recuperar el bar y vamos a poder dar un mejor servicio en el restaurante”, apunta Óscar, chef de La Chispa. Se podían sentir un poco agobiados por la falta de espacio para atender a todos sus clientes. “Hemos tenido que ir adaptando el espacio a las exigencias, esperemos que pronto podamos tener más espacio”, remarca Jorge García, responsable de sala. En principio, para noviembre, los responsables de La Chispa Adecuada esperan tener listo su nuevo espacio, contigo al actual, que será el nuevo restaurante de La Chispa Adecuada. El actual espacio pasará a ser de nuevo el bar original, y ambos espacios estarán conectados a través, solo, de la cocina, que gana muchos metros para cocinar igual de bien pero con más personas.
“No se podrá pasar de un local a otro por dentro, salvo el staff”. Jorge remarca que cada espacio, para el cliente, “estará diferenciado y el equipo crecerá hasta en cinco personas para atender a todo el mundo como lo venimos haciendo hasta ahora”. Surgirán, entonces, platos nuevos, “ideas que ahora no podemos desarrollar por falta de espacio”. Óscar está ilusionado, Jorge está motivado. La Chispa se multiplica y eso siempre es una gran noticia para la ciudad.
