La población en riesgo de pobreza o exclusión social disminuyó en 2022 hasta el 26 por ciento frente al 27,8 % del año anterior, según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Estadística explica que ese porcentaje se fija con la tasa AROPE -que mide la pobreza no solo con los ingresos, sino que también incluye la privación material severa y la baja intensidad de empleo- y que la reducción se produjo en sus tres componentes. Así, la población en riesgo de pobreza (que mide cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población) disminuyó del 21,7 por ciento al 20,4, en tanto que el porcentaje de la población en situación de baja intensidad en el empleo pasó del 11,6 al 8,6 por ciento, que son los hogares en los que los miembros en edad de trabajar lo hicieron menos del 20 por ciento del total de su potencial de trabajo durante ese año.
También se redujo seis décimas, del 8,3 al 7,7 por ciento, el porcentaje de personas en hogares con carencia material y social severa, la que sufren quienes no pueden permitirse comer carne o pescado cada dos días, calentar su casa de manera adecuada, afrontar gastos imprevistos, tener dos pares de zapatos en buenas condiciones o disponer de un automóvil.
La encuesta indica que en 2022 se encontraban en las tres situaciones un 1,5 por ciento de la población, es decir, que estaban a la vez en situación de riesgo de pobreza, con carencia material y social severa, y con baja intensidad en el empleo.
Por grupo de edad, la tasa AROPE (por sus siglas en inglés At Risk Of Poverty or social Exclusion) bajó un punto entre los menores de 16 años y se situó en un 32,2 por ciento, y 2,7 puntos en el grupo de 16 a 64 años, con un 26 por ciento. Por el contrario, subió 0,8 puntos entre los de 65 y más años y alcanzó un 21,3 por ciento.
El umbral de riesgo de pobreza para los hogares de una persona (calculado con los datos de ingresos de 2021) se situó en 10.088 euros, un 5,8 por ciento más que el estimado en el año anterior. En hogares compuestos por dos adultos y dos menores de 14 años, dicho umbral fue de 21.185 euros.
Respecto al nivel de formación, el 36,1 por ciento de la población con un nivel educativo equivalente a educación primaria o inferior estaba en riesgo de pobreza o exclusión social en 2022, una tasa que se reduce al 14,1 por ciento en personas con educación superior.
Asimismo, el 49,2 por ciento de las personas que vivían en hogares formados por un adulto con niños dependientes a cargo se situaban en riesgo de pobreza o exclusión social en 2022. Las menores tasas se daban en los hogares sin niños dependientes. En relación con la actividad, el 55,7 por ciento de los parados estaba en riesgo de pobreza o exclusión social, frente al 16,5 por ciento de los ocupados y el 17,4 % de los jubilados.
Según la nacionalidad, el porcentaje de personas por debajo del umbral de riesgo de pobreza o exclusión social era del 21,9 por ciento para los españoles, del 39,6 % para los extranjeros de la Unión Europea (UE) y del 60,4 % para las personas cuya nacionalidad no era de un país no comunitario.
La encuesta revela que el 8,7 por ciento de la población llegó a fin de mes con “mucha dificultad” en 2022, una décima menos que un año antes.
Por su parte, el 35,5 por ciento de los hogares no tuvo capacidad para afrontar gastos imprevistos (33,4 por ciento en 2021) y el 33,5 por ciento no se pudo permitir ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año (0,8 puntos más que el año anterior).
El mapa de la pobreza
Por comunidades, los ingresos medios anuales más elevados se registraron en País Vasco (16.427 euros por persona), Navarra (15.970) y Comunidad de Madrid (15.695). Los más bajos en Extremadura (10.133), Murcia (10.632) y Andalucía (10.703). Además, Canarias (13,4 %), Andalucía (11,7 %) y Extremadura (11 %) fueron las comunidades con mayores porcentajes de hogares que llegaban a fin de mes con “mucha dificultad” en 2022, frente a La Rioja (3,3 por ciento), País Vasco (3,9 %) y Baleares (5,7 %).
El 57,2 por ciento de los hogares de Canarias, el 44,7 % de Murcia y de Andalucía no tenía capacidad para afrontar gastos imprevistos. En el lado contrario se situaban País Vasco (18,7 %) y La Rioja (19,6 por ciento).
Andalucía (45,2 %), Extremadura (42,3 %) y Murcia (41,9 %) cuentan con el mayor porcentaje de hogares que no podían permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año, mientras que los más bajos corresponden a La Rioja (18,3 por ciento), País Vasco (18,7 %) y Madrid (21,3 %).
En el caso de hogares con retrasos en los pagos relacionados con la vivienda principal o en compras a plazos, Baleares (20,5 %), Canarias (20 %) y Andalucía (16,3 %) se sitúan a la cabeza frente a Cantabria (5,3 %) y País Vasco (7,2 %).
