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Aresol y sus energías renovables: la solución a la crisis ambiental y económica

Los que para algunos hace no mucho tiempo eran las energías del futuro, ya son una realidad. Es más, “la fotovoltaica hoy por hoy es la auténtica solución energética en España” y una de las principales vías de solución a la crisis ambiental en la que estamos inmersos. Así lo explica Alberto Romero, CEO de Aresol.

El director recuerda que los efectos nocivos del cambio climático son obvios y, “aunque hay una conciencia de dejar de quemar combustibles para generar la energía eléctrica, todavía queda mucho camino por delante ara cambiar este vicio”. Actualmente, España solo produce un diez por ciento de energía solar fotovoltaica, “lo que para un país como el nuestro no tiene mucho sentido contando con el sol como recurso”.

Para avanzar en este arduo camino nació la empresa riojana Aresol hace 40 años, dedicada cien por cien a las energías renovables y siendo una de las pioneras del sector. Empezó de una forma muy modesta colocando pequeñas placas fotovoltaicas en varias casas de aperos, y su crecimiento ha ido paralelo a la consolidación de las renovables a nivel mundial como una alternativa real de energía verde.

130 empleados se reparten entre la sede central de Logroño y las diferentes delegaciones distribuidas por toda España. “Ellos se encargan de realizar la operación y mantenimiento de todos los parques e instalaciones que hemos ido haciendo estos años”. Porque Aresol lleva a cabo toda la cadena de valor de trabajo, desde la concepción, ingeniería y diseño de los proyectos, hasta la construcción de los mismos y su posterior explotación.

Convencidos de que ‘la salvación’ pasa por la energía fotovoltaica, también trabajan en proyectos de valorización energética de residuos. Proyectos en los que esos desechos se combustionan dejando así de ser peligrosos y contaminantes y, además, generando energía. “Es un mundo muy amplio que está muy verde y en el que tenemos muchas esperanzas de que se convierta en una salida”.

Romero explica que dentro de la fotovoltaica hay dos grandes aplicaciones. Una es el autoconsumo, “que por suerte está creciendo muchísimo, aunque se trata de una solución parcial, ya que son instalaciones más pequeñas en las que tú generas energía eléctrica y la autoconsume directamente. El único inconveniente que tiene a nivel doméstico es que en las ciudades es más difícil de implantar porque no tenemos sitio. Esto es muy adaptable en el entorno rural, en los polígonos industriales, en las casas familiares… Es una aplicación que poco a poco se va a ir implantando y va a ser, casi, como un electrodoméstico”.

El autoconsumo, como bien explica Alberto, descarga al sistema eléctrico nacional, pero no es suficiente, “con esto no cambiamos el problema energético”, para ello está la otra gran aplicación: los parques fotovoltaicos. Instalaciones más grandes que producen energía y la aportan a la red eléctrica. En este apartado es donde Aresol está planificando proyectos “muy interesantes”, uno de ellos en La Rioja Alta.

“Estamos viviendo un momento muy importante, de mucha actividad, tanto de autoconsumo como de parques, pero necesitamos que la energía fotovoltaica tenga un peso de en torno al 25 por ciento y que el mix energético esté más repartido en detrimento de dejar de quemar combustibles fósiles, que es lo que estamos haciendo. Como país tenemos una oportunidad de ser independientes y eso es muy importante para la ecología y para la economía”.

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