Deportes

Gol en Las Gaunas: ‘Modo goblin’

Es ver a Schutte intentar darle a la pelota y observar lo larga que puede ser la vida. Sabes inmediatamente que ese pase acabará en los pies equivocados, ya sea en un entrenamiento cualquiera como el de esta misma mañana de miércoles o durante un partido, el que sea, porque el pase de Ricardo Schutte, por sencillo que sea, acabará en los pies del rival. Y a uno le viene a la cabeza uno de esos artículos de final de año que sirven para resumir 365 días.

Se hacen clasificaciones de todo tipo, también de las palabras, y al igual que la RAE añade nuevos términos a su diccionario, los anglosajones despiden el año eligiendo palabras que han estado de moda y que no forman parte del diccionario Oxford. Y en 2022 ganó por goleada el término ‘goblin mode‘, o modo goblin en la lengua de Cervantes. Schutte, Vinicius Tanque, David Fernández, Boniquet, Emmanuel, Clau Mendes y Dani Pichín encajan a la perfección en este término que viene a definir una actitud vital.

Modo goblin es para el diccionario Oxford “un tipo de comportamiento que es descaradamente autoindulgente, vago, perezoso o egoísta de una manera que rechaza las normas y las expectativas sociales”. Es decir, como anillo al dedo para muchos de los futbolistas de la primera plantilla de la UD Logroñés. Un goblin es una criatura folklórica de ciertos países centroeuropeos. Los nacidos antes de los noventa recordarán la mítica serie ‘Dragones y Mazmorras’. Ahí salían unos seres, parecidos a los orcos del Señor de los Anillos, que se conocían como goblinoides. El modo goblin, tras la pandemia, en este siglo XXI, hace referencia a la vagancia, a vivir en pijama, a tirarse en el sofá y dejar que la vida pase sin responsabilidad ni más quehaceres.

La versión goblinesca de la UD Logroñés arrancó en pretemporada, situación que no se constató hasta las semanas previas a la salida de Albert Aguilá. Poco a poco, la plantilla se fue recostando, los niños de Natxo González se pusieron cómodos en la derrota, comenzaron a ver la vida pasar, a dejar de competir; y ahora, hundida en su sofá, con la solapa llena de resto de comida basura acumulada durante todas estas semanas de pasotismo deportivo, nadie tiene la capacidad de levantar al vago y ponerlo a correr. Porque el modo goblin es una actitud vital.

Modo goblin ganó por goleada y entró por la puerta grande del diccionario Oxford, pero llama la atención que otro término, ‘quiet quitting’, se colara en la final. Esto viene a significar renuncia silenciosa. Todo porque miles de trabajadores en Estados Unidos habían optado por dimitir de sus puestos de trabajo sin dar más explicaciones, sin buscar la excelencia, siguiendo siempre la ley del mínimo esfuerzo. La UD Logroñés, siempre tendencia sin quererlo, ha confeccionado una plantilla de jugadores que se han entregado a la vagancia, futbolistas poco productivos, está vez sí holgazanes sobre el RCDE Stadium de Cornellá.

Se han creído eso de que ahora lo que está de moda, lo que está bien es no estar bien, y así entrar en modo goblin para renunciar a no competir hasta el final. Han elegido la solución más perezosa porque es imposible jugar a fútbol sentados en el sofá comiendo risketos sin pasar por la ducha a la espera de que otro club caiga en su trampa.

Subir